Por: El Dr. Everardo Becerra
Cuando la religión católica se convirtió en estado poco después de la muerte de Cristo, lo único que les interesa es el poder y dinero, para muestra basta ver el periodo del Papa vaquetón organizador y creador de los Borgias.
El papado, como monarquía absoluta de un estado teocrático precapitalista, se enfrenta a la vez con el socialismo desde Pío IX y con el capitalismo financiero, materialista, hedonista, destructor de los valores tradicionales y de la familia que son la base del poder de los sacerdotes.
El Papa Pío XII enfrento al socialismo, que no cree en los salvadores supremos, y sí en la organización y la rebelión de los oprimidos, la lucha del Vaticano es a muerte con EL SOCIALISMO. El Vaticano elige sus líderes de acuerdo con el capital.
Pío XII fue elegido porque era fascista en tiempos de Hitler y Mussolini; Juan Pablo II y el papa Wojtyla, experto en la lucha contra la burocracia estalinista, fue seleccionado porque era la punta de lanza del anticomunismo cuando aún existía la Unión Soviética y su bloque de Estados Socialistas; Francisco, el Papa peronista, es el piloto escogido en tiempos de rebelión de los pueblos latinoamericanos, que siguen siendo la principal base del catolicismo en el mundo.
Por eso Pancho va a Cuba no como amigo del régimen, sino como enemigo. Esto de acuerdo con los gringos para que Cuba vuelva a ser una colonia. Benedicto XVI (clásico Alemán) el pastor Ratzinger, ex miembro de la juventud hitleriana, y Wojtyla en 1998 cuando visitara a Cuba y a la Nicaragua sandinista. Todas esas visitas buscaron y buscan convertir a la jerarquía de la Iglesia católica cubana en el centro de las oposiciones derechistas en la isla como la voz de la oposición al régimen.
Aprovechando el control férreo del Partido Comunista, de los medios de comunicación oral o escrita en Cuba controlados por el Estado, que se mueve en el marco del capitalismo asistencialista y distribucionista, IGNORA QUE EL PUEBLO ESTA LO SUFICIENTE EDUCADO, que dan sólo las noticias permitidas por la burocracia y no tienen por tanto mucha credibilidad.
La Iglesia católica es minoritaria en Cuba, frente a los santeros, los ateos, agnósticos y los evangelistas. Pero tiene detrás al poder del Vaticano, que al igual santifica los valores capitalistas que tanto peso tienen entre los burócratas y conservadores en el propio gobierno y en el Partido Comunista.
Esperemos que no les suceda igual que los jerarcas comunistas como Putin o los chinos preparados para pasar sin problemas al capitalismo después de la disolución de la URSS en 1991. Raúl Castro se cree hábil al organizar una recepción multitudinaria a Francisco para celebrar su visita e indultar a más de 3 mil 500 presos.
Con esto busca demostrar a otros países capitalistas una apertura libertaria del régimen. Pero las intenciones son una cosa y otros los resultados. La gran masa de gente asistió por curiosidad y en parte como manifestación política aperturista y hasta en algunos, opositora, si se le hubiera dejado a la Iglesia católica la organización de los actos, habría sido mucho menor.
Es inevitable que como las otras visitas, el carácter masivo de las misas sea interpretado capciosamente por la prensa capitalista mundial como una manifestación de oposición al gobierno cubano. Por otra parte, la liberación de tantos presos que no han cometido delitos graves hará evidente que ellos estaban innecesariamente encarcelados, pues existen otros medios sociales de reeducación para los pequeños delincuentes.
Estados Unidos con mayor número de presos por habitantes, los corifeos del capitalismo podrán ahora darse el lujo de hablar de la represión policial en Cuba. Francisco en su juventud fue miembro de la Guardia de Hierro, organización político-clerical de la derecha peronista en el último gobierno de Juan Domingo Perón, antimarxistas declarados.
El Vaticano –antimarxista por definición– no puede ser amigo del gobierno cubano. Desde tiempos de la independencia los gringos pretenden invadir a Cuba al igual que hoy con millones de turistas conservadores y consumistas y establecer un lazo, sobre esa base, entre la burguesía cubana exiliada y la burguesía mundial, por un lado, y un ala burguesa mimetizada en Cuba dentro de la burocracia privilegiada.
Yo no he visto al Papa PANCHO NI A LOS OTROS ANTICOMUNISTAS caminar con sandalias, ni pescando como los pangueros o lancheros de San Blas, es más ni en las mentadas visitas le han secado su sonrosado rostro las jineteras (prostitutas) de la HABANA.