LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SUSTENTABLE

Por Octavio Camelo Romero

Ha trascendido a través de la prensa nacional que los días 25, 26 y 27 de este mes se discutirán y aprobarán los 17 objetivos de desarrollo sustentable (ODS) en la ONU. Que el gobierno de México representado por su presidente Enrique Peña Nieto asistirá a esta importante reunión de Jefes de estado y firmará los ODS, comprometiéndose así a participar de este gran esfuerzo mundial.

Y por si se ocupase saber, se enlistan los 17 objetivos: 1) erradicar la pobreza en todas sus formas y en todos los países; 2) terminar con el hambre, alcanzando seguridad alimentaria, mejorando la nutrición, promoviendo la sustentabilidad de la agricultura; 3) asegurar vidas sanas y mejorar el bienestar;

4) asegurar una educación incluyente y de calidad; 5) alcanzar la igualdad de generar y empoderar a mujeres y niñas; 6) asegurar la disponibilidad y el manejo sustentable del agua y la sanidad para todos; 7) asegurar el acceso a energía sustentable y pagable para todos; 8) promover un crecimiento económico incluyente y sustentable con trabajo decente pata todos;

9) construir infraestructura que promueva una industrialización sustentable e incluyente; 10) reducir la desigualdad entre países y en los países; 11) hacer que las ciudades sea incluyentes, seguras y sustentables; 12) asegurar patrones de consumo y producción sustentables;

13) combatir urgentemente el cambio climático y sus consecuencias; 14) conservar y hacer sustentable el uso de océanos, mares y recursos marinos; 15) promover la sustentabilidad de los ecosistemas; 16) promover sociedades para el desarrollo sustentable pacíficas e incluyentes; y 17) revitalizar la sociedad global para el desarrollo sustentable.

Con el propósito de evaluar los avances, para cada uno de estos objetivos se proponen metas cuantificables y, por tanto, medibles. De modo tal que es posible dar seguimiento al avance en la consecución de estos propósitos básicos. Se trata, en consecuencia, de que las sociedades pueden llamar a cuentas a sus gobiernos y exigir que haya esfuerzos reales para cumplir los compromisos adoptados. Indudablemente que la ONU pretende amortiguar la contradicción social que generó el neoliberalismo.

El libre mercado lo único que hizo fue agudizar aún más la brecha entre la muchedumbre de empobrecidos y el pequeño círculo de enriquecidos. Por lo que respecta a nuestro país, toca a la sociedad mexicana examinar si hay verdadera disposición gubernamental para cumplir con lo que se va a firmar o se trata sólo de un acto mediático.

Por lo que se aprecia en sus políticas públicas, el gobierno mexicano no ha dado muestras de querer sacar de la pobreza a más de la mitad de los habitantes de este país. Antes bien, pretende incrementar esa cifra con su política fiscal y el recorte presupuestal. El puro recorte al gasto público se traducirá en una contracción a la economía mexicana, además del cierre de pequeños negocios o microempresas que no aguantarán la presión ejercida por el gobierno.

Para todos es claro que las microempresas son las que más mano de obra ocupan. De allí que su cierre signifique mandar al desempleo a una gran cantidad de trabajadores. Y con esa sola política aumentará el número de pobres y de desempleados en México.

Otra de las políticas públicas es comprar en el exterior productos agrícolas en lugar de producirlos en el país. El territorio nacional que todavía no han entregado a las mineras canadienses es basto para la siembra de maíz y frijol, productos por demás históricos en la dieta de los mexicanos.

Si no los producimos no alcanzaremos la autosuficiencia alimentaria y nos ubicaremos como dependientes hasta en la alimentación. Con estas dos políticas públicas es más que suficiente para saber que el gobierno mexicano no cumplirá con los 17 objetivos de desarrollo sustentable. En fin.

 

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