María pasó 15 años de su vida soportando maltrato físico y psicológico de su pareja por preservar una buena imagen ante su familia y la sociedad.
“Me casé con un doble cara, un hombre flojo al que nunca le gustó trabajar, pero que siempre quería traer dinero en la bolsa. Así pasé casi 15 años, amarrada a promesas que nunca llegaron, amarrada a la idea de que tenía que estar casada para que mis hijos estuvieran bien, a preservar la buena imagen ante mi familia y ante la sociedad. Una tortura que subió de tono conforme fue pasando el tiempo, donde hubo gritos, amenazas, golpes, abusos sexuales y un miedo constante a morir y dejar a mis hijos desamparados”.
Esta es la historia de María, una mujer de 36 años que recientemente tomó de la mano a sus dos hijos (Mariana de 14 años y Arturo de cinco), taparon sus oídos, abrieron sus ojos y decidieron sacar de su vida a quien sólo los mantenía en una cueva de terror.
Violencia. María trabajaba en casa, cortando cabello y embelleciendo a mujeres a las que admiró siempre por su libertad, autonomía y determinación. Soñaba todos los días con tener una vida parecida a la de sus clientas, pero al llegar la tarde todo se venía abajo, la realidad la despertaba para darse cuenta que el dinero que había ganado durante el día, desapareció y su marido ya no estaba en casa.
María era sometida diariamente por un hombre de baja estatura y poco peso, débil para muchos, pero de carácter fuerte. Sufría constantemente de traumas innecesarios, él le exigía alimento y dinero para transportarse en su diario procesar en busca de un empleo, al menos eso es lo que decía en casa, pero nunca encontraba nada para él.
Todo se salió de control cuando llevó a una mujer a casa como invitada a comer; él la presentó como parte de su familia, pero no era así. Esa mujer en realidad era su amante, y ambos le pidieron un día a María que se saliera de su casa porque querían vivir juntos.
Gritos desesperados. María, harta de la situación y consciente ya de lo que estaba viviendo, se armó de valor y como en un grito desesperado solicitó apoyo de su familia, corrió de su casa al hombre que días antes la había amenazado de muerte para que ella se saliera; el mismo que en repetidas ocasiones abusó sexualmente de ella y que por amor a sus hijos nunca gritó de dolor para que ellos, que dormían en la habitación de junto, no escucharan; ese hombre que ahora vive lejos, pero sigue buscándola para exigirle la casa que entre los dos pagaron y que además desconoce a sus hijos para evitar brindarles apoyo económico.
“Viví violencia por muchos años, no supe poner un alto a tiempo; quiero un mundo mejor para mis hijos y para mí”, expresó María.
Violencia de género. El 42 por ciento de las mujeres en Sinaloa han sufrido, sufren o viven algún rasgo de violencia, por lo que el semáforo en la materia se encuentra en el color rojo, que manifiesta situaciones de violencia que deben ser denunciadas, informó Elizabeth Ávila Carrancio, directora del Instituto Sinaloense de las Mujeres en la entidad, basada en la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH).
“Tenemos que aspirar a que exista el camino de la denuncia y que el Estado y quienes estamos en el Estado hagamos acciones para prevenir y atender la violencia dando las garantías necesarias para que las personas violentadas no desistan de la denuncia”, agregó.
Focos rojos. Ávila Carrancio informó que Ahome, Guasave, Culiacán, Mazatlán y Navolato son municipios que mantienen los semáforos encendidos en rojo en materia de violencia de género y son los mismos que recibieron recursos de Subsidio para la Seguridad Pública de los Municipios (Subsemun), el cual debe ser destinado para prevenir, detectar y atender casos de violencia de género.
“Los que tienen en su responsabilidad la estrategia de prevención son las áreas de Seguridad Pública de cada municipio, el recurso les llega a esas áreas”, recalcó.
Mencionó que dependencias como el Instituto Sinaloense de las Mujeres, las 18 instancias municipales de las mujeres, el Consejo Estatal para la Prevención y Atención a la Violencia Intrafamiliar (CEPAVI) y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas como organismo federal, también atienden situaciones de violencia motivando a la denuncia.
Tipos de violencia. Más del 40 por ciento de la violencia ejercida principalmente contra las mujeres es psicológica, el 18 por ciento es física, el 10 por ciento es económica y patrimonial, pero además existe un nuevo tipo de abuso que se denomina violencia obstétrica, recientemente instaurada en la Ley Federal de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, señaló Ávila Carrancio.
En Mazatlán. La directora del Instituto Municipal de la Mujer, Guadalupe Estavillo Castro, manifestó que en Mazatlán las cifras de la violencia entre mujeres y hombres dentro del instituto se han mantenido. En el 2014 dieron atención psicológica y jurídica a alrededor de 220 víctimas de maltrato. En lo que va del 2015 se han registrado a 230.
El 10 por ciento lo representan los hombres, indicó la funcionaria.
(Tomado del Debate Mazatlán).
Una historia más como la de muchas mujeres que viven en Nayarit, la violencia familiar no respeta edad ni estatus económico, pero tampoco género. En la actualidad ha ido en aumento este tipo de violencia hacia el sexo masculino, sin embargo las estadísticas son pocas debido al temor a denunciar.
Tanto hombres como mujeres merecen una vida libre de violencia, es necesario primero darse cuenta que se está siendo víctima de violencia, enseguida buscar ayuda en las instituciones dedicadas a ello. El silencio es el principal enemigo.