Con motivo de la creación de la “secretaría de cultura”, en el país y a través de diversos medios de comunicación social, se ha desatado una búsqueda de argumentos para apoyar o para rechazar tal pretensión. Y no es para menos cuando para algunos la “cultura” está referida a la “libre creación” mientras que la educación pertenece al campo de lo obligatorio y, en no pocas ocasiones, hasta de lo aburrido.
Desde luego que el secretario de “Educación” Aurelio Nuño concibe a la educación como el campo de lo obligatorio, por eso para él no hay espacio para la disensión y los maestros únicamente deben subordinarse a la ley y a los reglamentos que de ella emanen. Ese punto de vista es más que suficiente para comprender que según él su función es imponer lo normado aunque para ello haya que usar a la fuerza de las armas, a la Policía Federal, los granaderos y si se requiere, al ejército mexicano.
En esta cruzada de transformar a la SEP en una agencia de la policía y la milicia cuenta con el auxilio de la televisión y otros medios. Por lo menos los hechos así lo evidencian. Semejantes ideas de educación y cultura son inaceptables. Con esa expresión “Educación y Cultura” aparecen como términos distintos, incluso hasta opuestos y antagónicos entre sí. Con dicha visión no se puede mostrar su necesidad de integración en una unidad.
La educación de una sociedad tiene que ver con la asimilación por un lado, y con la transmisión por el otro, de toda la experiencia histórico-social que las nuevas generaciones de humanos deben apropiarse y que las generaciones pasadas y salientes deben heredar. Además tiene la tarea de formar e instrumentar a las nuevas generaciones en la solución de aquellos problemas que quedaron pendientes en su resolución y de los que se visualicen en el futuro.
Y ¿qué es la experiencia histórico-social? Pues sencillamente la “cultura de una época”. Por esa razón muchas veces se alude a la experiencia histórico-cultural en lugar de histórico-social.
En el tiempo contemporáneo, en la etapa del capitalismo global la mano de obra demandada requiere cierta cualificación y el desarrollo de ciertas capacidades, habilidades y actitudes.
En base a estos requerimientos los Estados transnacionalizados diseñan determinadas Políticas Públicas tanto, para capacitar a los docentes o a los capacitadores como para adiestrar sistemáticamente a la mano de obra requerida. Como estos requerimientos de calificación de la fuerza de trabajo no son constantes en el tiempo y en el espacio, sino que van cambiando de época en época y de lugar en lugar conforme se van desarrollando “las fuerzas productivas materiales y sociales”, con ellos tanto el contenido como los métodos de la enseñanza o del adiestramiento van necesariamente cambiando, esto es, son dinámicos, no estáticos.
Cuando no se comprende este fenómeno y no se conocen las leyes económicas que rigen al capitalismo se corre el riesgo de matar gato por liebre. Esto es lo que palmariamente ha acontecido con la Reforma Educativa que no pasa de ser una Reforma Laboral, hecha para acabar con la disidencia magisterial y los espacios democráticos de discusión.
En México la Reforma Educativa y las Políticas Públicas en Educación han fracasado. Han fracasado las Normales, en cuanto Instituciones del Estado Mexicano para formar al magisterio nacional y estatal. Han fracasado los Planes y Programas de estudio en todos los niveles educativos. Ha fracasado el SNTE como organismo aglutinador de los maestros y responsable de la implementación del Proyecto Educativo del Estado Mexicano.
Ha fracasado el Presidente de la República en cuanto titular del Poder Ejecutivo de la Nación y responsable directo de la Educación Pública mexicana, y han fracasado los gobernadores de las entidades federativas por cuanto ellos son los responsables políticos de lo que acontece en su entidad. Ante estos fracasos y ante los pigmeos intelectuales responsables de las Instituciones Públicas lo más inmediato es ahogar cualquier intento educativo que los ponga en evidencia.
La educación es inmediatamente cultura y la cultura es educación. La educación cultiva y la cultura educa. Se tiene una educación cultural y una cultura educativa. En fin.
de acuerdo maestro en sus reflexiones, lo que esta bien claro a las ordenes de quien estan las mentadas autoridades que de cualquier forma y método se trepan al poder para ponerse al servicio de los poderosos hoy nuevo imperio gringo especialmente o capitalista sin sus huevos en el país y lo que importa es educar cuando lo hacen sin ningún objetivo mas que haya mano de obra que le puedan hacer a los gringos spah y le laven los certe que dejan en las playas hermosas de nayarit. la cultura es lo que menos les importa ya que esta se refiere a que nos demos cuenta de obras y accione de nuestros antepasados para no caer en los errores del pasado.
en cuanto al grado de educación de los gobernantes poco importa siempre y cuando no hagan mas que robarse el erario publico y como dijo Rigoberto el pri si son pendejos los hace lisos, si son feos bonitos es mas si alguno quiere hasta el grado de honoris cuasa le otorgan.