En días pasados a través de las redes sociales el Dr. José Octavio Camelo Avedoy nos presentó un panorama desastroso para las economías de las familias de los trabajadores. Nos dijo que en el 2016 habrá una recesión de la economía norteamericana por efecto del incremento de la tasa de interés, y que dado que la economía mexicana se ha hecho más dependiente de la economía gringa, gracias a los gobiernos que desde Miguel de la Madrid hasta el actual de Enrique Peña Nieto, entonces de manera directa la economía mexicana se vería afectada.
Como ya hemos dicho en este espacio, los gobiernos neoliberales que se dedicaron a desmantelar al Estado de la Revolución Mexicana, también han provocado que la mayoría de los mexicanos caigan en situación de pobreza alimentaria. Y es que el capitalismo voraz que ellos han impulsado ha polarizado la distribución de la riqueza. Por un lado han surgido un pequeñísimo grupo de milmillonarios que detentan más del 40 por ciento del valor de la producción nacional mientras que más del 50 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza.
Pero además han impulsado dos circuitos económicos: uno, formado por un reducido número de unidades económicas dedicado y orientado al mercado exterior, el cual maneja el mayor porcentaje del PIB mexicano y, el otro, constituido por más del 80 por ciento de las unidades económicas orientado hacia el comercio local, ni siquiera al mercado nacional. Con esta situación, evidentemente que la recesión norteamericana estrangulará la dependiente economía mexicana.
La otra situación que el Dr. Camelo Avedoy nos señala es la baja del precio del barril del petróleo por debajo de los costos de producción del barril del petróleo mexicano. Se sabe que los países Árabes están ofertando el barril en 15 dólares cuando en México nos cuesta más de 20 dólares producirlo. Ante este escenario no nos queda más que comprar petróleo en lugar de producirlo. Nos sucedió algo semejante al maíz y al frijol, que dada la elevada productividad de Estados Unidos nos resultaba más rentable comprárselos que producirlo.
Sin embargo existen otros factores como son entre otros los cambios geopolíticos. El mundo está cada vez es más inestable: tal acontecer se está viviendo desde el prolongado conflicto en el sudeste de Ucrania hasta las disputas territoriales entre Japón y China, pasando por la sangrienta guerra en Siria, la crisis de refugiados en Europa, el aumento de los conflictos religiosos en todo el mundo y el fortalecimiento del macabro Estado Islámico.
Las guerras tradicionales, en las que dos Ejércitos luchaban cuerpo a cuerpo en el campo de batalla son cosa del pasado; en el futuro, los conflictos tendrán lugar cerca de nuestras casas. La ciencia y la tecnología se ha dedicado a perjudicar a la humanidad más que a beneficiarla. Por lo tanto, los autores advierten que es necesario estar preparados para afrontar una época de mayor inestabilidad, en relación con la política y con más problemas de seguridad.
El auge inesperado del Estado Islámico y de sus afiliados es una noticia inquietante que produce una mezcla heterogénea de sentimientos, que van desde el miedo hasta la ira, pasando por la tristeza. Lo cierto es que 2016 será peor que 2015. En fin.