El capitalismo es un régimen de producción que en su seno albergan diversas contradicciones las cuales bajo ciertas circunstancias entran en crisis. Entre otras, y la más fundamental, está la contradicciones entre el “capital y el trabajo”, pero a la vez existen las contradicciones entre el “desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción”, entre la “riqueza y la miseria”, entre los mismos capitalista por conservar su existencia social, la contradicción entre la producción y el consumo, etc.
Cuando hablamos de crisis en esencia nos estamos refiriendo a las crisis de las contradicciones del capitalismo que, a través de su historia, se han manifestado. Tales crisis tienen necesariamente aspectos comunes pero a la vez contienen características distintivas entre sí. No puede ser de otra manera porque el capitalismo lejos de ser un régimen de producción estático, es en sí mismo un organismo social dinámico en permanente desarrollo y evolución hasta su “transformación en un otro».
Por eso las crisis en tanto momentos de agudización de las contradicciones sociales del capitalismo surgen y se resuelven conforme las condiciones y el nivel de desarrollo del organismo social. De allí que no pueden ser idénticas unas y otras aunque conserven rasgos generales comunes. No se trata de una muda de piel como algunos teóricos piensan.
Con las crisis de las contradicciones no es que el capitalismo cambie de piel como una serpiente. El capital no se adapta, el capital domina. Las que se adaptan son las instituciones jurídicas, ideológicas y políticas. En el periodo de la post guerra de la década de los años 40 hasta aproximadamente los años 70, el capital rompe barreras geográficas y robustece el comercio mundial. Sin embargo la presencia del bloque socialista y su expansión en Europa, limita los excesos del capitalismo y obliga a conformar Estados Nacionales de bienestar social.
El crecimiento económico, el desarrollo de la ciencia y la tecnología, la competencia intercapitalista y entre los bloques socialista y capitalista, acrecentó la demanda de mano de obra y de científicos. Producto de tales circunstancias crecieron los salarios reales y consecuentemente, la demanda de bienes y servicios.
Sin embargo en la década de los años 80 el capitalismo domina al socialismo y surge la política del neoliberalismo. Las condiciones habían cambiado.
El régimen de producción capitalista se había universalizado como lo predijo Marx. La hipótesis leninista había sido resuelta negativamente por la historia. Las condiciones de las contradicciones y sus crisis capitalistas ya eran y son otras. El capitalismo global genera un segmento de la burguesía que domina a toda la clase capitalista y a la sociedad. Este segmento de clase es la clase capitalista transnacional la cual tiene conciencia de sí y actúa para sí. Al lado de esta clase transnacional surge de manera fragmentada y sin conciencia clasista, la clase de los trabajadores asalariados.
Y en medio de estos, surgen los “capitalistas en funciones” o capitalistas funcionales los cuales perciben un sueldo, pero éste tiene por fuente la plusvalía generada por los obreros. Este segmento de “capitalistas en funciones” está conformado por los ejecutivos o directivos de las empresas.
En la actualidad le llaman «financiarización» a la fase actual del desarrollo del capitalismo contemporáneo dentro de la cual el Capital Financiero se ha trasformado en el Capital dominante. Sin embargo, es pertinente esclarecer este suceso. Recordemos que la función fundamental del sistema financiero es canalizar los recursos “ahorrados” hacia las empresas que quieren invertir o hacia los hogares que quieren consumir por encima de sus recursos propios. Los bancos funcionan como intermediarios financieros, recogiendo “fondos ahorrados” en forma de depósitos y destinándolos en forma de préstamos a la “inversión” y al “consumo humano”.
No ha faltado quien diga que el ámbito financiero comenzó a dominar al ámbito productivo. Palabras más o palabras menos, esta tesis sostiene que todo gira en torno al capital financiero. Sin embargo hay que distinguir entre “capital dinerario” que se presta a interés y el capital dedicado al “tráfico del dinero” el cual se constituye con la parte del capital global que se autonomiza para la realización de operaciones monetarias como pago y cobro, conservación de tesoros monetarios, manejos de cuentas corrientes, operaciones cambiarias, etc.
En el proceso de la reproducción simple y ampliada del capital se generan excedentes de dinero que deben esperar cierto tiempo para invertirse o reinvertirse, según sea el caso. Entre otros, se encuentran los fondos de amortización, los flujos de caja diarios para pagos periódicos, etc., que el capitalista busca valorizar. Por eso surgen ofertas de capital dinero que provienen de la producción o del comercio y que buscan valorizarse colocándose a préstamo.
De manera que la distinción y el antagonismo entre el capitalista dinerario y el capitalista industrial o comercial aparecen ficticios. Más no obstante esta situación, provocada por la contradicción existencial de los capitales y el desarrollo de las fuerzas productivas desde finales del milenio pasado hasta nuestros días ha llevado al capitalismo global a una profunda crisis estructural que seguramente por varios años venideros la estaremos sintiendo.
Esta crisis capitalista es más profunda de lo que se cree. En fin.