No es asunto menor para los nayaritas el fenómeno político-electoral-local. Y no lo es, no porque no les interese a los coterráneos las cuestiones electorales de la nación. Al contrario, porque las condiciones político-electorales del país han llevado a los mexicanos a no creer en los procesos electorales ni en sus instituciones, es por lo que para los locales estos temas son de singular relevancia.
Cómo se puede creer en un sistema electoral que cada sexenio renueva sus métodos de fraude. Cuando oficialmente Carlos Salinas de Gortari ganó las elecciones quedó el mal sabor de boca del fraude que le hicieron a Cuauhtémoc Cárdenas. Tuvieron que “tumbar” el sistema de cómputo para hacer ganarlo ganador. Y es que ya estaba el proceso del desmantelamiento del Estado de la Revolución Mexicana que había iniciado en el periodo presidencial de Miguel de la Madrid Hurtado; proceso en el que Salinas había hecho bien su labor destructiva.
Antes de la llegada de Ernesto Zedillo Ponce de León al Poder Ejecutivo de la Nación mataron Luis Donaldo Colosio Murrieta por haberse atrevido a ver la desigualdad social de la nación y a ponderar objetivamente la miseria en la que desde entonces se encuentra el Pueblo de México. Si llevaron a cabo un crimen para no perder el control del Poder Ejecutivo de la Nación, con mayor razón hicieron fraude para hacer ganar a Zedillo la contienda electoral.
Como la derecha priista no se sintió con agallas para culminar con el desmantelamiento del Estado de la Revolución Mexicana, entonces se le entrega a la derecha panista el Poder Ejecutivo de la Nación para que culminara esa tarea. Pero sucedió que los 12 años presidenciales del PAN hundieron más en la miseria a los trabajadores mexicanos. Vicente Fox prefirió enviar braceros a Norteamérica en lugar de generar desarrollo y crecimiento en el país. Y Felipe Calderón decidió acabar con la marginación social matando a los mexicanos. Para ello no existió mejor método que declarando la guerra armada al narcotráfico. De esa manera se matarían los jóvenes, bien siendo contratados por el Ejército Mexicano o por los narcotraficantes. Y así murieron cientos de miles de jóvenes.
Ante esta terrible situación, con un nuevo fraude a Andrés Manuel López Obrador se hace ganar a Enrique Peña Nieto en el proceso electoral para ocupar el Poder Ejecutivo de la Nación. Para este fraude según la prensa internacional se contrataron unos hacker colombianos para alterar el cómputo electoral. Seguramente ya se ha de estar contratando a quienes hackerán en 2018.
La incredulidad en el proceso electoral mexicano es producto de estas experiencias y en Nayarit no andan las cosas del todo bien. Ante tal estado de ánimo de los ciudadanos nayaritas, la Reforma Político-Electoral que la entidad requiere debe garantizar la participación democrática en los órganos de decisión, el fácil acceso de los ciudadanos a los órganos o cargos de elección, el libre acceso a las regidurías, presidencias municipales, diputaciones locales, gubernatura, etc.
Para ello se ocupa de garantizar con porcentajes bajos las candidaturas independientes, de fijar porcentajes bajos para el sostenimiento del registro de los partidos, de homologar con la federación solo la elección de diputados locales para lo cual se deberá de elegir por única vez a los diputados locales por cuatro años, etc. El horno no está para bollos. Y si no creen, pregúntenle a “Layin”. En fin.