A los ignorantes de las leyes del capitalismo les asustan las contradicciones inherentes al régimen de producción capitalista. Por eso buscan por todos los medios encubrirlas, tapando la suciedad como lo hacen los gatos, echándole tierra en cima. En el fondo eso es lo que hizo el INEGI. Y cómplices de semejante fechorías salen a su defensa.
La asustadiza asociación “Consultores Internacionales” considera que el no estar de acuerdo con las cochinadas del INEGI es politizar la pobreza, y que por lo tanto debemos apoyar todo lo que nos proponga esa “Institución”. Advierte que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) no cambió la metodología para medir la pobreza, que únicamente aplicó algunas modificaciones en la recolección sobre los ingresos en los hogares con menores recursos.
En realidad el Estado Mexicano se está haciendo tonto solo. Si bien es cierto que con sus políticas asistencialistas ha llevado hasta comedores a los lugares marginados, también es cierto que esa no es la solución a la situación de pobreza de los marginados. ¿Qué pasará el día de mañana que ya no haya comedores públicos o comedores subsidiados? Por otra parte, el “ingreso familiar” de la mayoría de los mexicanos no alcanza para humanas de existencia. Y aquí no importa si las calles están adornadas con faroles y bien pavimentadas, o si tienen un lujoso parque público a su alrededor, etc. Lo importante para saber si una familia está en situación de pobreza o no, es su relación de ingreso familiar con el costo de la canasta básica alimentaria. Y la mayoría de los mexicanos están en situación de “pobreza alimentaria”.
Y no es que los mexicanos seamos mentirosos como lo afirma la asociación internacional de consultores CISC, quien asevera que cuando se trata de declarar los ingresos «generalmente todo mundo miente». Porque ahora resulta que los mexicanos somos “pobres y mentirosos”. Seguramente le aprendieron la tonada a Trump.
Pero a pesar de todo la firma reconoció que se obtuvieron «valores que, en comparación directa con anteriores encuestas, resultaron superiores rompiendo de alguna manera la tendencia que se venía registrando, es decir, el comportamiento histórico que, no se puede negar, pudo haber sido producto de la deficiencia en las respuestas durante la recolección de información, y que hacen no comparables los nuevos resultados con los anteriores».
Es decir, que en el pasado los mexicanos tuvieron mintieron y que por tal motivo la nueva información no es comparable con la pasada. Semejante desvergüenza o cinismo es inaceptable desde cualquier punto de vista. Simplemente quieren tapar con un dedo que el capitalismo genera riqueza y pobreza.
Y que el capitalismo mexicano asociado con el capitalismo transnacional ha generado más pobreza de la debida y más riqueza de la esperada, a tal grado que un pequeño número de mexicanos están entre los hombres más ricos del mundo. En fin.