Por: Sergio Mejía Cano
Como suele suceder la mayoría, si no es que todas las iniciativas de ley que se presentan ya sean por parte del Poder Ejecutivo o por varios legisladores levantan cierta ámpula en varios sectores de la sociedad e incluso entre los mismos legisladores y, sobre todo, en el anterior Poder Judicial. Pero más controversias han generado las que se han presentado por el Ejecutivo tanto en la pasada administración como en la actual.
Ahora despertó polémica la iniciativa de ley para imponer más gravámenes a las bebidas azucaradas, el alcohol y el tabaco, pues como casi siempre sucede han surgido voces a favor y en contra, aunque se den las explicaciones al respecto del porqué se han adoptado estas medidas, ya que está plenamente demostrado que las bebidas azucaradas no nutren en lo absoluto, pero sí, de acuerdo a estudios a fondo, contribuyen a enfermedades en el organismo humano debido a su alto contenido de química artificial de la que se dice, según algunos expertos en nutrición, es acérrima enemiga de la química orgánica, es decir, de la natural de todo organismo viviente.
He ahí a las semillas transgénicas las que debido a transformación genética han estado matando a gran parte de las especies polinizadoras como son las abejas, colibríes y otras especies cuya función es precisamente polinizar en forma natural. Lo malo de esto es que esas semillas transgénicas no nada más afectan a estas especies, sino por ende, al ser humano que, al ingerirse van dañando poco a poco o en grado sumo inmediato a todo ser viviente que va teniendo acceso a esta clase de semillas y otros productos que se rocían con pesticidas dañinos no nada más a quienes se rocía sino a quienes llegan a tener algún tipo de contacto con toda esa vegetación bañada con esos productos dizque plaguicidas, pero cuya función es actuar en contra de la Madre Naturaleza, todo, con el fin de acrecentar ganancias económicas sin importar el daño que hagan no nada más a la humanidad, sino a la tierra a la que se obliga a producir más por estos medios antinaturales.
Si bien la intención de esta iniciativa de gravar más el tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas podría ser con la mejor intención de que la gente acostumbrada al consumo de estos productos y así, las empresas que los producen aleguen que esta medida podría provocar la pérdida de empleos en caso de que bajen sus ventas, ya es sabido que por lo regular las embotelladoras tanto de bebidas azucaradas y edulcoradas, como las de cervezas y todo tipo de licores, así como las que se dedican a la producción de cigarrillos en sí, por más impuestos o gravámenes que se les impongan o traten de imponer, por lo regular esos aumentos los trasladan al público consumidor aumentando el precio a todos y cada uno de sus productos; lo malo de esto es que como casi siempre sucede es precisamente el consumidor el que paga el pato.
Es un hecho que, una inmensa mayoría que gusta de las bebidas espirituosas, fumar o simple y sencillamente ingerir refrescos de todos tipos y sabores y ahora hasta de las supuestas bebidas energizantes, no les importa casi en lo absoluto por más alto que sea el precio, ya que hay o habrá quienes busquen unos cigarrillos más baratos o que en sí le baje al consumo, pero los seguirán
comprando, pues el vicio del tabaco es de los más fuertes que podría haber; lo mismo con los consumidores de cerveza o todo tipo de bebidas embriagantes, ya que se han visto personas que aplican muy bien aquella frase tan conocida de: “viva el pedo aunque la familia perezca”.
Se dice que tanto el tabaco como el alcohol son de las drogas más dañinas y perjudiciales no nada más a la salud, sino también del bolsillo de sus consumidores, un gasto al que se le llama el gasto hormiga ya que por lo regular no se siente en el momento su gasto y porque casi nadie o nadie hace cuantas de cuánto gasta al mes en cigarrillos y todo tipo de bebidas. Y si de drogas se trata, también en este esquema podrían entrar los refrescos, sobre todo el de cola, pues infinidad de gente afirma que no puede vivir bien y a gusto si no se toma por lo menos dos refrescos de cola al día y menos sin acompañar las comidas con esta nefasta bebida que según se ha dicho, si el refresco de cola normas es perjudicial son aún más sus derivados como la que se dice de dieta o sin azúcar, pues para darle un sabor agradable les tienen que añadir todo tipo de químicos por demás perjudiciales a la salud.
Así que de eso se trata: bajar su consumo diario.
Sea pues. Vale.