Por: Sergio Mejía Cano
Por lo visto, últimamente en las conmemoraciones de fechas históricas en nuestro país se han visto envueltas por un vandalismo por demás nefasto; pero también por la presencia de manifestantes de ambos sexos encapuchados o con un simple pañuelo o trapo tapándoles el rostro o parte del mismo; actos vandálicos que han resaltado más en las conmemoraciones del 08 de marzo, el 26 de septiembre y, desde luego, en las manifestaciones del 02 de octubre que no se olvida ni se olvidará jamás.
Esta pasado día 02 de octubre sí que se salió más de control la conmemoración de la matanza que sucedió este día, pero de 1968, día en que fueron masacrados por parte de autoridades gubernamentales federales no nada más los estudiantes que reclamaban la represión sufrida desde el 23 de julio de ese año de 1968 después de un pleito entre estudiantes preparatorianos, represión que, en vez de calmar los ánimos de supuesta violencia estudiantil, abrió aún más las protestas hasta llegar a la masacre de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco.
Queda claro que estas conmemoraciones son aprovechadas por gente que ve en estos actos la posibilidad de sacar a flote sus frustraciones, traumas y, desde luego, su afición para destruir y tomar lo ajeno, sintiéndose, tal vez, protegidos a la promesa de que en estas dos últimas administraciones federales no se volverá a reprimir más a la población tal y como se llegó a hacer en el pasado inmediato hasta antes del mes de diciembre del año de 2018; pero también aprovechando la posible secuela que nos dejó la pandemia reciente del covid-19, cuando por la misma se sugirió y en algunas entidades se obligó al uso del cubrebocas para evitar supuestos contagios, contagios que cada día se aclara más que se dieron, se dan y tal vez se seguirán dando debido a tanta química artificial que contiene gran parte o todo de lo que comemos, sobre todo por los granos transgénicos; pero esa es otra historia.
Precisamente hoy en día se ve ya como algo normal seguir viendo personas usando cubrebocas no nada más en las calles de las ciudades y poblaciones, sino hasta en los bancos, algo impensable hasta antes de dicha pandemia; bancos en donde anteriormente estaba prohibido entrar a los bancos con lentes oscuros, cachucha o sombrero y menos usar el teléfono móvil en su interior. Sin embargo, ahora es común mirar personas con cubrebocas en el interior de los bancos sin que nadie les llame la atención, lo mismo en centros comerciales, tiendas departamentales o todo tipo de negocios y hasta en el transporte público, porque supuestamente el cubrebocas sirve como protección, ya que se ha publicado que quienes sientan algún tipo de malestar en las vías respiratorias deben portar cubrebocas y más, si entran a lugares públicos cerrados.
Así que tal vez aprovechando esto quienes se dedican al vandalismo y saqueos en las manifestaciones conmemorativas portan capuchas, pañuelos o cualquier otro tipo de trapo cubriéndoles el rosto a la mejor para no ser identificados tan fácilmente al estar cometiendo sus fechorías y actos de violencia contra otros ciudadanos y corporaciones policíacas.
Si los gobiernos en sus tres niveles, federal, estatal y municipal están comprometidos contra los actos represivos, bien pudieran solicitar o ya en su caso prohibir que quienes se presenten a cualquiera manifestación de protesta, celebración o conmemoración no estén encapuchados ni con el rostro cubierto de alguna forma.
La conmemoración del 02 de octubre de 1968 (no se olvida) se da precisamente para recordar la represión y violencia acaecida aquel fatídico día, por lo que no se justifica en ninguna forma que durante estas conmemoraciones se efectúen actos de vandalismo y violencia y menos, si se recuerda o se miran los documentales rescatados de aquella fecha, no fueron los estudiantes, maestros, campesinos y obreros, así como pueblo en general quienes hicieron o llevaron a cabo actos vandálicos ni de violencia y es más, nadie de los manifestantes desde que comenzaron las protestas desde julio hasta el 02 de octubre usaron capuchas, mostrando en todo tiempo su rostro salvo el 13 de septiembre de 1968 cuando se llevó a cabo la marcha del silencio en donde la mayoría de las personas se pusieron esparadrapos o cinta adhesiva en la boca y otras más nada más con la boca cerrada tratando de no emitir sonido alguno con lo que se le dio una gran fuerza a esta marcha.
Así que lo más viable en lo sucesivo sería detener a los encapuchados; quien sea.
Sea pues. Vale.