Estaciones ferroviarias en el estado de Nayarit abandonadas y en ruinas

CON PRECAUCIÓN

Por: Sergio Mejía Cano

En la entrega anterior en donde se trata la pronta restauración de la estación ferroviaria en la capital nayarita, algunos amables lectores preguntan por qué entre uno de los pretextos del H. Ayuntamiento de Tepic pone que es zona de comercio, me comenta un enterado al respecto que, según el arquitecto encargado de la remodelación, en el oficio que recibió por parte de la municipalidad señala que hay un puesto de comida al norte de la estación y, enfrente de la misma, por las mañanas se pone un puesto para venta de birria.

El puesto de comida al norte de la estación y que está a un lado del enorme tinaco, esa zona ya no pertenece precisamente a la estación ni a la empresa concesionaria, Ferromex debido a que antes de la concesión de las vías férreas a la Iniciativa Privada, ese espacio, así como un parque en donde se encuentran dos columpios, dos resbaladillas y un aparato tubular para ejercitar los brazos, le fue cedido al municipio. Y, en cuanto al puesto de venta de birria, este puesto se pone pasando la prolongación de la avenida Allende, en un espacio que ya no pertenece al ferrocarril, ya que es un espacio en donde estaba la entrada al Club Deportivo Ferrocarrilero que administraba un grupo de trabajadores ferroviarios y que fue vendido a una empresa de transportes que lo utiliza o utilizaba como taller de camiones de pasaje foráneos, espacio que actualmente permanece clausurado. Así que, por lo mismo, Ferromex ya no tiene nada que ver con estos puestos de comida.

Antes de la concesión de los ferrocarriles en nuestro país que comenzó a proyectarse desde 1995 y que se confirmó en 1998, el estado de Nayarit contaba con 11 estaciones con oficinas, es decir, con inmuebles exprofeso, porque hubo otras más estaciones que se denominaban así nada más en el Horario e itinerarios con un nombre determinado.

De norte a sur, las estaciones más antiguas fueron las de Acaponeta, Ruiz, Tepic, Compostela, Tetitlán -hoy, Valle Verde-, Ahuacatlán e Ixtlán; de las otras cuatro el inmueble era más nuevo, aunque también ya con sus años de servicio.

Las estaciones de Acaponeta y Ruiz eran muy similares en su infraestructura e instalaciones en sus interiores. Las estaciones de Tepic, Compostela, Tetitlán, Ahuacatlán e Ixtlán, fueron construidas en forma muy parecida, prácticamente igual; sin embargo, tal vez por ser Tepic la capital del estado de Nayarit, esta fue revestida con cantera, no así las demás, las que nada más se enjarraron. En todas estas estaciones de Tepic al sur, excepto la de Tepic, la planta alta servía como casa-habitación para el jefe de estación, no así la de Tepic la que, por ser estación terminal, las instalaciones de la planta alta se adaptaron como oficinas. Pero en todas ellas, en la planta baja servían para las oficinas telegráficas en donde se recibían las órdenes de tren e instrucciones para movimientos, venta de boletos de pasaje y atención al público embarcador de mercancías.

La estación de Tepic se remodeló en los años 60 siendo reinaugurada el 27 de abril de 1967 por el entonces presidente de la República, el tristemente célebre, Gustavo Díaz Ordaz en compañía delentonces gobernador de Nayarit, doctor, Julián Gascón Mercado. Dicha remodelación consistió en ampliar y techas la sala de espera, así como la construcción del restaurante y su cocina.

Infortunadamente hoy en día excepto estas antiguas estaciones como la de Acaponeta, Ruiz, Tetitlán e Ixtlán, las demás están en muy malas condiciones incluida la de Tepic, la que se dice, pronto será restaurada; sin embargo, las demás están en ruinas, vandalizadas y destruidas. La de Ahuacatlán hace tiempo que se incendió quedando su planta alta prácticamente destruida, la de Tetitlán está a cargo de la familia del último jefe de estación y la de Ixtlán está ocupada por personal de una empresa cementera que construyó sus instalaciones cerca de la estación.

Mención aparte merece la antigua estación de Compostela, pues hubo dos estaciones: la antigua y la nueva, la que, por cierto, ahora está en ruinas. De la antigua, muchos antiguos ferroviarios no supieron decir por qué fue abandonada, la que era similar a las de Tetitlán, Ahuacatlán e Ixtlán; según se dice dizque porque asustaban; sin embargo, hay voces antiguas que afirman que al quererla reparar por infinidad de goteras que había en temporada de lluvias, se le detectaron graves daños en su estructura, por lo que mejor se decidió construir una nueva un poco más al sur de la antigua estación.

Sea pues. Vale.

 

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