La Yunta

Por: Oscar Zúñiga

¡Hijo e’ su! Y vaya, que para que Águeda Galicia le haya aguantado casi 9 meses a Candy Yescas presidenta municipal de San Blas con sus desplantes de “PRINCESA EN VACACIONES”, sí que está cabrón, pero fue hasta el día de hoy que al ver que a sus agremiados la Yescas los dejó sin salario, la lideresa del SUTSEM ya se la sentenció. Y la verdad, que sí le hace falta a Candy Yescas una buena sacudida, y que mejor que se la de Águeda que ya tiene mucha experiencia en estos menesteres.

Pues si hacemos historia, a pesar de ser una de las pocas presidentas municipales del PRI, y  que gobierna en el municipio de San Blas, sí que la ha cajeteado decenas de veces y ninguna autoridad competente ha dicho nada. Como ejemplo tenemos que al poblado de Jalcocotán lo dejó sin agua por más de quince días, pero también hay que recordar, que bajo sus amenazas de que “yo soy la presidenta municipal y puedo hasta cortarles la luz eléctrica si quiero”, los pobladores de “JALCO” estuvieron a punto de lincharla.

Y todo porque esta señora quería poner a ley de sus ovarios a sus más allegados en el comité administrador del agua potable en ese pueblo, pasándose por el arco del triunfo a la mesa directiva del Comisariado Ejidal que durante años son los que han administrado el agua potable. Pero bueno, el punto es, que cuando ya vio la lumbre cercas tuvo que desistir de sus ideas porfiristas.

La segunda cajeteada que la hizo famosa por su falta de tacto y conocimiento político, y esto está documentado con videos en las redes sociales fue el cobro indebido y que nunca se había hecho por entrar a las playas de San Blas en la Semana Santa, que si no hubiera sido por el Gobierno del Estado que le entró al quite, hubiera tenido serios problemas desde entonces.

Pero ahora fue más allá, pues  según Candy uso el dinero del salario de los trabajadores para reparar una bomba que suministra el agua potable al Puerto de San Blas, donde desde hace tres meses la población carece de este vital líquido. Pero como nada se esconde a la vista del señor,  ahora resulta, que el millón de pesos que uso Candy Yescas “dizque” para el arreglo de la bomba, fue usado para pagar un mandato judicial de un laudo, que de no pagarlo quedaría destituida de su cargo como edil de San Blas, vivilla, como no.

Bueno, esto apenas fue descubierto, pero la otra cara de la moneda es la defensa que hizo Águeda Galicia de sus agremiados, y ella dice, sabedora de todas estas lides comerciales de la política, que una reparación de una bomba no cuesta más de 20 mil pesos, por lo que de ser cierto lo que dice la Yesca, entonces ¿Dónde quedaron los otros novecientos ochenta mil pesos del salario de los trabajadores?

Y ¡ojo!, Águeda Galicia no se anda por las ramas en cuento a defensa de sus trabajadores se trata, si ya dijo que de no pagarles el Ayuntamiento de San Blas el salario a sus trabajadores se irán al paro laboral, pero también está consiente que esto es lo que Candy Yescas quiere para luego poderles descontar el salario a los trabajadores y al final no pagarles completo su salario.

Pero lo que no sabe Candy Yescas, o no quiere entender, es que subirse al rin con Águeda Galicia es cavar su propia tumba política, con esto queda demostrado que la falta de conocimiento político causa la ruina de una población. Bien dijo Águeda Galicia, “el PRI mete puros pinches candidatos que no dan una”.

Así las cosas en San Blas, hace tiempo fuimos criticados por señalar las arbitrariedades de esta presidenta municipal, cierto que es mujer, pero el género no le quita su salario que cobra religiosamente como edil del puerto, y que además como figura pública puede y debe de ser criticada, así sea del partido que sea, pues la ley es muy clara, y eso los políticos nunca lo han entendido, y esto es, que desde el momento que ganan una elección ya no se deben al partido político que los postuló, sino que ya se deben al pueblo que es el que al final de cuentas les paga sus jugoso salarios.

Pero aquí parece que a Candy Yescas el pueblo no le interesa, sino lo que le importa es el puesto al anteponer el salario de los trabajadores por conservarlo. Que hay que señalar, que también sus dos antecesores fueron participes del desfalco que ahora sufre el municipio de San Blas. Pero usted tiene la última palabra querido lector.