Nadie lo sabe todo en la vida, fui asaltado por unos monta choques

Este es el numero de la placa de los monta choques, la fotografía fue tomada al arrancar, pues todo el tiempo la taparon para que no la viéramos.
Este es el numero de la placa de los monta choques, la fotografía fue tomada al arrancar, pues todo el tiempo la taparon para que no la viéramos.

La Yunta

Por: Oscar Zúñiga

¡Hijo e’ su! Desatada la delincuencia en Tepic, robos y asaltos, y esto no tiende a bajar, ayer con tristeza leía en Facebook un posteo del maestro Octavio Camelo Romero, donde  alertaba  que en un cajero del centro de nuestra ciudad le robaron su tarjeta y le vaciaron el dinero de su quincena, que poca madre verdad de dios, y esto estamos hablando que fue en pleno día, y en un lugar donde se supone que hay mucha vigilancia.

Sí es cierto que ve uno a muchos policías Estatales y Municipales por el centro de nuestra capital, pero cuando suceden estos percances no se encuentra a ninguno de ellos, hace días también fue asaltado un conocido personaje que se dedica al arte de hacer reír a los niños ( un payaso), y de igual forma, y de acuerdo a su relato fue en el centro de nuestra ciudad, hay muchas historias de estas que relatar, pero muchos de los agraviados tienen miedo a que les vuelva a suceder de nuevo.

Yo, el que esto escribe les relataré lo que me sucedió, y lo viví en carne propia casi al final de la semana pasada.  -Muy temprano me dirigí a la casa de mi contadora porque teníamos que hacer unos pagos de hacienda, luego de ahí teníamos una cita a las diez con treinta minutos en Tránsito Municipal. Para esto, llegamos a un banco ubicado en Soriana Cigarrera, nuestro tiempo seguía normal, pues el banco estaba solo, salvo unas dos o tres personas que seguramente llevaban a cabo sus asuntos al igual que nosotros.

Diez minutos antes de las diez, salimos del banco, el estacionamiento de la tienda en mención se veía aún solo, le recordé a la contadora que antes de ir a tránsito le había dicho que pondría gasolina al vehículo en el que nos transportábamos, pues el tanque de la camioneta traía un cuarto, me contestó. –Sí, nos queda tiempo. Salí del estacionamiento, tomé hacia el lado de la Central Camionera para poner gasolina enfrente de la tienda Soriana, la despachadora no sé porqué, pero su recibimiento fue muy malo.

Quizás venía de mal humor de su casa y se desquitó conmigo, pero me despachó. Cuando esto sucedía, yo vi a un sujeto flaco y mal vestido que se acercó hacia la bomba que me estaba cargando la gasolina, pero yo no le di mucha importancia, me volví a voltear hacia la bomba esperando que terminara de descargar en mi tanque la cantidad convenida. Minutos después, al fin la bomba termina y la despachadora me dice. -Es tanto, le contesté, voy a pagar con tarjeta, y me dice, -hay que ver, la señal está mal.

Finalmente, sí pasó el cobro y salimos de la gasolinera, la verdad, ya no le puse atención al tipo que se había acercado a la bomba, ni mucho menos al vehículo que traía, pero curiosamente, al entrar hacia la Insurgentes de nuevo, una camioneta me dio pase, dije, hay gente educada y hay otra que no tiene idea de lo que esto es, pero ya estaba circulando hacia mi destino final que sería Tránsito Municipal.

Creo que me dará vergüenza estarles contando todo esto, pues la reserva aparte, hace algunos años contribuí por mi cuenta en una investigación para lograr detener unos “paqueros” (chilangos) que asolaban a nuestra ciudad.  Y tras días y días de caminar por las calles donde se llevaban a cabo estos atracos, al fin uno de tantos días mi búsqueda dio buenos resultados, encontré a una mujer y un sujeto intentando hacer que una señora joven, por cierto, a quien ya le estaba ganado la ambición y la avaricia les diera su dinero en resguardo, esto mientras ellos le ofrecían un cheque para que lo fuera a cambiar, ya que supuestamente ellos no traían identificación, ya que el banco la requería por ser una cantidad un poco alta, pues le decían a la joven que la habían olvidado en su casa.

Para esto, yo me paré a escaso metro y medio de ellos, marqué a la Policía Estatal, y les dije lo que estaba ocurriendo por la calle Puebla entre Hidalgo y Lerdo, en pocos minutos llegó la policía por distintas direcciones y resultó que era una banda, no eran solo los dos que yo tenía frente a mi,  ellos traían un vehículo, y en el vehículo se encontraron pacas de recortes de papel con billetes a los lados simulando que todo era dinero. Al resto de la banda los encontraron muy quitados de la pena en un hotel del centro de la ciudad.

Esto hizo que se calmaran un poco estas lacras que les apodan los “paqueros”. Y así, durante 18 años que me dediqué a cubrir la fuente de la Nota Roja como reportero, vi muchas cosas que sería larga la lista para contar, pero según yo, cuento con mucha experiencia, pero la semana pasada comprobé que he vivido completamente equivocado. Y ahora sí, les diré porqué.

La contadora era mi copiloto, ya por Insurgentes me tocó pasar en verde el semáforo de la Coca Cola, en verde el semáforo siguiente de Ley Álica, pero en alto el semáforo del Ángel de la Independencia, hasta ahí todo normal, había varios vehículos y yo tomé el carril de la izquierda pegado al camellón, al ponerse en  color verde el semáforo los vehículos que estaban a mi derecha arrancaron a buena velocidad, esto hizo que yo me quedara rezagado un poco.

Pero sería exactamente a mitad del trayecto del Ángel al casino que ahí se encuentra, cuando siento un golpe a la camioneta, me paro casi al instante, pues no iba a gran velocidad, se me empareja un vehículo que dice la contadora que era un ATTITUDE, color tinto o rojo muy quemado, digo esta descripción porque no tuve tiempo de ver y los colores no son mi fuerte, pues soy daltónico. Pues bien, me dice el chofer. -Mira cabrón lo que le hiciste a mi carro, hazte a la orilla sino ya verás.

Para esto ya me tenían acorralado para que me orillara, pensé, sí me orillaré pero en la entrada a Bomberos porque ahí me verá alguien conocido y se acercará para ver qué pasa, me estaciono, me bajo y me acercó al vehículo que supuestamente yo había golpeado, veo que sí está golpeado pero me dice uno de ellos, ( el mismo que se me había acercado en la gasolinera) mira le quebraste el foco, le digo, -no, el foco no se quebró porque si lo ves está todo sucio por dentro, y eso indica que la tierra que trae es porque ya es vieja la quebradura.

Entonces entra en escena otro sujeto, pues el “chofer” que me dijo que el vehículo era de In driver, era flaco y un poco menos alto que yo, todo sucio al igual que el vehículo y el otro sujeto que se bajó, también flaco, pero este chaparro, creo que al verme ya erguido entre los dos se sintieron que no podrían en caso de que llegáramos a los golpes, total, me pedían cierta cantidad de dinero que no lo valía ni el  carro completo. Pero lo que no me di cuenta es, de que ya había otro sujeto ante la contadora, es decir, ella estaba como ya dije, en el asiento del copiloto.

Este si de estatura alta y fornido, a mi ya no se me acercaron al regresarme a la camioneta, pues al ver el timo del que sería objeto, tomé el teléfono para llamar al director de Tránsito Municipal, pero el teléfono me marcaba ocupado, pero ante tal amenaza a mi contadora, y que ningún bombero se dio cuenta que estábamos obstruyendo la salida, no me quedó otro remedio que ceder a darles mi dinero. Esto pasó en un lapso de máximo cinco minutos desde el inicio de todo esto, los sujetos que supuestamente me dijeron que iban  a cierto lugar, al tomar mi dinero se perdieron a toda velocidad tomando la avenida Rey Nayar, al lado contrario que me habían dicho que iban, a sabiendas que yo con la camioneta no lograría darles alcance y mucho menos alcanzarlos por el tráfico que en ese momento había.

Con una rabia e impotencia de no poder hacer nada por temor a que algo le pasara a mi contadora, no me quedó otra que seguir rumbo a mi destino que era Tránsito Municipal, llegué en quince minutos, le cuento al director lo que me acaba de suceder, yo pensando que somos amigos, que el tomaría el radio y cuando menos y le diría a su gente la descripción del vehículo que le estaba dando. Pero su respuesta me dejó más atontado de lo que llegué con él, me dice, -ve y pon una demanda a la Fiscalía.

Y esos son los amigos, la cantidad que di no se la diré, eso sí, por vergüenza, pero aún no olvido y siento la misma rabia que sienten todas aquellas personas que como yo han pasado por esto de alguna u otra forma, las placas que usaba este supuesto IN DRIVER son RGZ-89-78, COLOR TINTO, el modelo es como 2000. Si alguien los ve por ahí, tengan cuidado, por mi parte, yo ya los ando buscando. ¿Verdad que nadie lo sabe todo en la vida? En fin. Les pido disculpas a mis lectores por omitir algunas cosas más fuertes que sucedieron.

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