Por: Sergio Mejía Cano
Pues ahora sí cada día se confirma más el regreso de los trenes de pasajeros en nuestro país que, desde el mes de febrero de 1998 dejaron de circular, por lo que hoy en día hay mexicanos de ambos sexos con más de 20 años de edad que no los conocieron ni vieron circular, aunque también hay otras personas de más edad que jamás se subieron a uno de estos trenes, salvo quienes viven en ciudades en donde hay tren metropolitano o ligero o en su caso, quienes han disfrutado de los trenes turísticos como el que atraviesa la sierra Tarahumara y los tequileros en el estado de Jalisco.
Esto, por lo que se ha anunciado por parte del gobierno federal, es un hecho que se confirma, por lo que tal vez en pocos años veamos y nos subamos a los trenes de pasajeros que, tal y como se ha informado, circularán por prácticamente todo el país en donde ya están las vías férreas tendidas y, posiblemente en otras partes como ahora en la península de Yucatán con el Tren Maya y el Istmo de Tehuantepec.
Se ha documentado en su momento que con motivo de la reprivatización de los ferrocarriles en México se interrumpió el servicio de trenes de pasajeros por así requerirlo los nuevos concesionarios, para dedicarse única y exclusivamente al transporte de carga que en sí, es lo que le deja ganancias económicas a las líneas férreas de los países en el mundo, pues en la mayoría de estos países, tal y como lo eran anteriormente en nuestro país, son más bien un servicio social, aunque eso sí, en algunas de estas naciones son muy caros sus servicios, sobre todo en países de primer mundo; sin embargo, como en México existe aún mucha pobreza, lo más probable es que el servicio de trenes de pasajeros no sea muy costoso para ciertos sectores de la población.
En los considerandos que se emitieron en 1937 al llevarse a cabo la nacionalización de los ferrocarriles en México, por parte del entonces presidente, don Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940), está escrito lo que señaló precisamente el tata Lázaro Cárdenas: “Se establece el servicio de trenes de pasajeros para favorecer y facilitar las necesidades de transporte para las clases más menesterosas de nuestro país”; es decir, desde esa vez se comprendió que muchos mexicanos no podrían acceder al transporte carretero ni aéreo, más que por ferrocarril.
Es obvio que hoy en día la mayor parte de las poblaciones en México ya están prácticamente comunicadas por vía terrestre, pues caminos y carreteras, así como autopistas se extendieron por zonas donde hasta hace poco más de 30 o 40 años no había comunicación óptima, salvo algunas zonas que se entrelazaban por medio de brechas o caminos rústicos que se ponían intransitables en temporadas de lluvia. Pero aun así, todavía hay muchas poblaciones que no tienen fácil acceso más que por vía férrea, como en el estado de Oaxaca en su zona serrana, y si bien ya se han construido o rehabilitado caminos y carreteras rurales en esa entidad, de todos modos, sería más viable llegar por tren; aunque también en zonas de Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora, en la parte occidental de México, aún quedan algunas poblaciones pequeñas, en las que sus antiguos habitantes siempre salían y llegaban de esas poblaciones por ferrocarril y, algunos poblados pesqueros como al norte de Mazatlán, Sinaloa, a las que tanto la carretera internacional número 15 como la autopista les quedan algo lejos, por lo que no se les facilita mucho que digamos entrar y salir a esos lugares.
Y si bien se dice que los nuevos trenes de pasajeros serán modernos y atenderá a las principales ciudades por donde pasen, ojalá y en cierta forma no se olviden de esas poblaciones pequeñas que se comunicarían más fácilmente por vía férrea.
En el gremio ferroviario se supo que los nuevos concesionarios favorecidos con la reprivatización de los ferrocarriles habían impuesto la condición de nada más utilizar los trenes de carga debido a que los de pasajeros les estorbarían para el libre tránsito de mercancías ya que se tendría que dar prioridad de paso a los de pasajeros tal y como siempre estuvo establecido, ya que en el anterior sistema de la corriente de tránsito ferroviaria, a los trenes de pasajeros se les consideraba como trenes de primera clase y a los de carga como de segunda, teniendo, obviamente, preferencia de paso los de primera sobre los de segunda clase. Sin embargo, de nueva cuenta así se ha establecido de acuerdo a lo que se ha informado: que se les dará preferencia de paso a los trenes de pasajeros.
Sea pues. Vale.