Feliz día a los telegrafistas

logo2Por: Oscar Zúñiga

¡Hijo e’ su! Algo que ya se percibía desde los inicios del Siglo XX era la desaparición del correo y del telégrafo. Hoy 12 de noviembre es la celebración del día del telegrafista. Sí hacemos memoria, hace un poco más de dos decenas de años atrás nos alegraba escuchar el silbato o ver que llegaba aquel trabajador del telégrafo con un telegrama, ya se sabía que esto implicaba que en diez palabras solamente se supiera si la noticia que llegaba a un hogar era buena o era mala.

El telégrafo fue uno de los inventos que más revolucionó las comunicaciones, ya que permitía la comunicación a larga distancia de forma instantánea, algo impensable en aquellos años. Hoy, 24 de mayo, se cumplen 168 años desde que se produjera la primera comunicación.

Se le suele dar la autoría a un solo hombre, a Samuel Finley Beese Morse, pero realmente fue el resultado de una cadena de aportes realizados por varios investigadores. Algunos de esos ejemplos son Francisco Calvá y Campillo, que logró mandar un parte gracias a las descargas de un condensador, Guillermo Eduardo Weber y Carlos Federico Gauss instalaron un telégrafo eléctrico entre la Universidad y el Observatorio de Góttingen consistente en una flecha que señalaba el sentido de la corriente, o Carlos Augusto Steinhel que creó un sistema para que una aguja golpease dos campanillas con distinto tono.

Sin embargo, fue el fotógrafo y pintor Samuel F. B. Morse el que consiguió crear en 1837 el primer telégrafo, además de crear un alfabeto para transmitir la información que tiempo después llevaría su nombre, el código morse. Nació en Charlestown, Massachusetts, el 27 de abril de 1791.
La idea surgió debido a un trágico hecho. Morse se encontraba pintando un retrato del general Lafayette en Washington cuando falleció su esposa en Connecticut.  La noticia le llegó una semana más tarde. Debido al retraso con el que había llegado la información, decidió tratar de inventar un aparato que permitiese mantener una comunicación sin barreras de espacio ni tiempo.

Lo primero que hizo fue interesarse por descubrimientos que se habían producido en Europa como el electroimán y el electromagnetismo. Después de su viaje por el Viejo Continente, regresó a Estados Unidos y allí comenzó a desarrollar las bases del telégrafo eléctrico. Contó con la ayuda de Henry y Alfred Vail para la creación del alfabeto que usaría. Para ello se utilizaron dos tipos de señales eléctricas, una corta, o punto, y una larga, o raya. Cada una de las letras estaría compuesta por una combinación de estas señales.

Tanto el aparato como el alfabeto comenzaron a usarse 7 años después de su invención. La primera comunicación se hizo entre Washington y Baltimore, separadas por apenas 60 kilómetros. La comunicación se hizo el 24 de mayo de 1844 y el mensaje que se envió fue “Lo que Dios ha creado”.

El invento fue todo un éxito y comenzó a extenderse por todas las partes del mundo. En 1850 se trató de establecer una conexión submarina entre Francia e Inglaterra, lo que dio pie a que en 1866 se lograran unir Europa con América gracias a cables submarinos que pasarían por debajo del océano Atlántico. El telégrafo sembró la semilla para que décadas después surgiera el teléfono.

Hoy con la red de comunicaciones actuales, este medio ya no es usado por muchas personas, pues la carretera de la información de la Internet nos ha abierta muchas opciones de comunicación que somos capaces de hablar y ver a una persona que se encuentre en otro continente. Pero los recuerdos que todos aquellos que corríamos para encontrar a este hombre de una bicicleta que llevaba el telegrama, no se olvidan.

Pues muchas de las veces este telegrama contenía una transferencia de dinero, y como ya señalamos líneas arriba, y otras eran malas noticias que llegaban a cualquier hora del día y hasta en la noche. Desde aquí de esta redacción les enviamos a todos estos trabajadores que aun trabajan en telégrafos una felicitación hoy en su día.

 

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