INMINENTE EL CRECIMIENTO DE LA INFLACIÓN EN MÉXICO

logoPor Octavio Camelo Romero

Los burócratas al servicio de las instituciones financieras transnacionales, de nueva cuenta lanzan sus pseudo-teorías-científicas para amodorrar más a los mexicanos y a los partidos políticos de la pseudo-izquierda con el fin de evitar la concientización de las familias de los trabajadores y los movimientos de protesta o contestatarios.

Agustín Carstens, quien estará al frente del Banco de México hasta julio de 2017, dijo el viernes que la inflación podría acelerarse más pero confió en que se mantendrá dentro del objetivo de la entidad monetaria, por debajo del límite superior del intervalo del 4 por ciento.

Banco de México tiene una meta de inflación de un 3.0 por ciento +/- un punto porcentual. Y según los cálculos oficiales, hasta la primera mitad de noviembre, la inflación interanual de México se aceleró a 3.29 por ciento y apuntó a una posible nueva subida de tasas de interés por parte del banco central.

Carstens dijo también que las remesas que envían los mexicanos en Estados Unidos podrían aumentar, y citó tres fuentes para el incremento: 1) un menor desempleo en Estados Unidos, dado que los empleadores en Estados Unidos aumentaron las contrataciones en noviembre lo que provocó que la tasa de desempleo cayera a 4.6 por ciento, un mínimo de más de nueve años. 2) la depreciación del peso y 3) el temor de la llegada en enero a la presidencia de ese país de Donald Trump, quien ha amenazado con deportaciones masivas de ilegales.

Para empezar, habrá que decirles a estos burócratas del capitalismo global que el dinero circulante depende fundamentalmente de la masa de mercancías en circulación, de los precios de esas mercancías, de la velocidad del dinero, de las tarjetas de pago/crédito y de las compensaciones interbancarias. Además hay que aclararles que los precios de mercado tendenciales de mediano plazo están en dependencia de los costos de producción y, los de corto plazo, están influenciados por la oferta y la demanda. Si se pretende disminuir la demanda o de que dejen de comprar en el mercado, no hay nada mejor que una disminución de los salarios reales o de la capacidad adquisitiva de las familias de los trabajadores, con ello se garantiza una contracción en la circulación de mercancías y por ende, una disminución del dinero circulante.

Pero esa medida perversa en nada sirve para el desarrollo del país. Esa política restrictiva de la capacidad adquisitiva del salario es la que actualmente se está aplicando en México para satisfacer las voracidades de un sector empresarial vinculado a los intereses externos y norteamericanos que compiten en el mercando mundial a costa del hambre de los mexicanos. Por eso en el país más del 50 por ciento de sus habitantes están en situación de pobreza alimentaria, cuando no, de pobreza extrema.

Por otra parte, si los precios de las mercancías en circulación están en dependencia de los precios de producción, y si tales precios participan competitivamente en el mercado mundial, entonces al devaluarse la moneda mexicana respecto de otras monedas extranjeras como el dólar y el euro, esto es, al valer menos el peso mexicano pues entonces necesariamente el precio de tales mercancías en moneda nacional o en pesos mexicanos se incrementará.

Sin embargo tal arrastre de la economía afectará de manera distinta a las unidades económicas. A las pymes y microempresas tal afectación las arrastrará hasta la quiebra mientras los empresarios vinculados al capital extranjero tendrán la capacidad para asimilar y adecuarse a las nuevas condiciones.

En cuanto a la medición de la inflación o incremento de los precios, se puede decir que los burócratas del gobierno son malos calculistas.

Siempre se equivocan y cuando dicen que en sus cuentas se ha llegado al 4 por ciento de inflación, en la realidad del mercado cotidiano los precios de la canasta básica no bajan del 14-15 por ciento de incremento. Las cosas en el futuro no serán mejores. En fin.

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