EL NUEVO MODELO EDUCATIVO MEXICANO NO ES TAN NUEVO

logoPor Octavio Camelo Romero

Como consecuencia de la competencia intercapitalista, desde la segunda mitad del siglo pasado surgieron varios fenómenos, entre ellos, la acelerada concentración de capitales, la mundialización de los capitales, el acelerado crecimiento y desarrollo de las ciencias y las tecnologías, sobre todo, de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación, TIC, la transnacionalización del capital, el advenimiento de la globalización del capitalismo, la depauperación de las masas nacionales de trabajadores, la desocupación masiva de los países, etc.

Con ello, los “modelos de desarrollo económico-social” fueron sustituidos por los “modelos de crecimiento económico guiados por el mercado”. Dejo de interesar el individuo como persona con conocimientos, actitudes y emociones, para ser sustituido por el individuo como máquina productiva.

Y en ese sentido la educación como fenómeno social, se centra en el “individuo-máquina” al cual se le dota de las “competencias” que debe poseer en el mercado-mundo y en las relaciones transnacionales de producción capitalista para que su eficiencia y eficacia no desmerezcan en su lucha competitiva laboral dentro de la jungla social.

La biodegradación del planeta llevada a cabo por la ambición e ignorancia de los capitalistas transnacionales ha llevado a la Humanidad a desarrollar un nivel de conocimientos sin precedente en la historia, constituyéndose éste en el principal recurso con que cuentan los humanos para enfrentar la degradación de los recursos naturales del planeta.

El capitalismo transnacional trata de encubrir sus necesidades y atrocidades objetivas argumentando que, para lograr que el conocimiento salve al planeta de la catástrofe se requiere de la construcción de un nuevo modelo educativo que centre el currículo en el educando, particularmente en el desarrollo de sus competencias, de manera tal que se logre una convergencia entre lo individual y lo social en aspectos ligados a lo cognoscitivo, afectivo y psicológico, que potencien una capacidad adaptativa al entorno generado en los últimos años.

Y dice que solo así se podrá estimular la creatividad y la innovación para enfrentar los retos planteados por dicho entorno, desde una perspectiva holística y transdiciplinar capaz de superar los modelos educativos heredados del siglo XX centrados en la adquisición de información.

Y por eso el concepto de competencia lo han convertido en pilar del desarrollo curricular y en incentivo para salvar al planeta. Palabras más o palabras menos, la competencia la definen como el desarrollo de las capacidades complejas que permiten a los estudiantes pensar y actuar en diversos ámbitos.

Consiste en la adquisición de conocimiento a través de la acción, resultado de una cultura de base sólida que puede ponerse en práctica y utilizarse para explicar qué es lo que está sucediendo. Al finalizar su educación, los estudiantes tienen que ser capaces de resolver de forma eficaz los diferentes tipos de situaciones a los cuales se enfrentan.

Dependiendo del tipo de formación, estos prototipos de situaciones se identifican bien como pertenecientes a la vida real, como relacionadas con el mundo del trabajo o dentro de la lógica interna de la disciplina en cuestión. En este nuevo marco contextual el papel del docente se debe redefinir, pasando de ser un transmisor de conocimientos a un gestor de ambientes de aprendizaje.

En este recuadro, el nuevo modelo educativo mexicano se aplicará a más de 30 millones de alumnos de prescolar, primaria, secundaria y bachillerato, y con ello se afirma, se impulsará la reorganización del sistema de enseñanza nacional para las próximas décadas.

Algunos críticos mexicanos dicen que la propuesta es pasar de la formación de ciudadanos a la de recursos humanos, donde el alumno es un producto para el mercado laboral. En fin.

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