La Yunta
Por: Oscar Zúñiga
¡Hijo e’ su! Contrario a los acontecimientos que han ocurrido donde el crimen organizado sigue cobrando muchas víctimas, hoy se celebró un aniversario más de nuestra Revolución Mexicana, que dicho sea de paso, dista mucho el México real, del fin por el que se hizo esta revolución, hay quienes esperaron que esta revolución cambiara el rumbo de nuestra nación, pero desgraciadamente los miles de vida que costó, no valieron o no fue suficiente el sacrificio para lograrlo.
Claro que hubo ganancia, pues después de esto hubo el desmantelamiento de los latifundios, las tierras fueron repartidas entre la gente, se dio el inicio de la fundación de los ejidos, pero como siempre, hubo un pero, la gente pobre apenas si tenía para comer, por lo tanto, de dónde sacaba dinero para sembrar las tierras que ya le había dado la revolución, es aquí donde da inicio otra historia del llamado agrarismo mexicano.
Pero esa es otra historia, hoy en el presente, todo eso ya se acabó, pues el mismo gobierno está acabando con los ejidos haciendo a cada ejidatario como pequeño propietario, quien al no tener ya manera de seguir cultivando la tierra por el alto costo de los insumos, la única forma de vivir que le queda es vender su pequeña propiedad y sin rendirle cuentas a nadie.
Qué tiempos aquellos verdad de dios, digo, para los que nos tocó parte de aquella época de los cincuentas y sesentas del siglo pasado, todavía la gente creía en aquel himno famoso que decía:
Marchemos agraristas a los campos
A sembrar la semilla del progreso
Marchemos siempre unidos sin tropiezos,
Laborando por la paz de la nación.
Nuestro lema es el trabajo, queremos
Tierra y arados
Pues la patria necesita
Ver sus campos cultivados….
No queremos ya más luchas entre hermanos
Olvidemos los rencores compañeros,
Que se llenen de trigo los graneros
Y que surja la ansiada redención.
Cantemos todos unidos
La canción de la esperanza,
La más bonita canción.
De la libertad y de unión….
Voy a empezar a cantarles
La canción del agrarista,
Les diré muchas verdades,
Señores capitalistas…
Ay… ay… ay…
Luchando por nuestro anhelo
Murieron muchos hermanos,
Guardemos fiel su recuerdo.
Es el cantar de los pobres
Que en el campo trabajamos,
Los que con tantos sudores
Nuestras tierras cultivamos.
Marchemos agraristas a los campos
A sembrar la semilla del progreso
Marchemos siempre unidos sin tropiezos,
Laborando por la paz de la nación.
Ay… ay… ay…
Luchando por nuestro anhelo
Murieron muchos hermanos,
Guardemos fiel su recuerdo.
No queremos ya más luchas entre hermanos
Olvidemos los rencores compañeros,
Que se llenen de trigo los graneros
Y que surja la ansiada redención.
Algo que llama mucho la atención de este himno es donde dice: «No queremos ya más luchas entre hermanos», y tal parece que eso ya se olvidó, ahora vivimos una inseguridad en todas partes, la pobreza esta donde quiera, nuestra economía no repunta, y quizás a esto se deba que nuestros jóvenes por falta de trabajo sean reclutados para trabajar como peones en el crimen organizado.
Y por otra parte que nuestros campesinos cada día emigren más hacia el vecino país del norte (Estados Unidos), en busca de mejores condiciones de vida, es por eso que uno muchas veces se pregunta, ¿por qué hablar de esta revolución? y ¿acaso se han respetados las bases por lo que se llevó a cabo?, creemos que si Madero, Zapata, Villa, los hermanos Serdán y otros que hicieron su gran contribución para quitarle el yugo opresor a los mexicanos vivieran, de ver en lo que ahora se ha convertido nuestro campo y de paso nuestro país, ya se hubieran muerto de la impresión.
Esto es el 20 de noviembre, pero para las nuevas generaciones esto es simplemente una celebración deportiva más, en fin, ojalá y con este tipo de celebración no se vaya a terminar un día esta parte de la historia que es nuestra y que ahora se ha convertida en una tradición deportiva.