Por Octavio Camelo Romero

Aunque parezca un contrasentido la expresión “Transnacional-Internacional”, en la realidad no lo es tratándose del “Capital”. Por Capital Transnacional se entiende el Capital hegemónico de una parte de la Tierra sin un país de origen; es el capital que domina ciertas regiones del planeta y por su constitución, no pertenece a un país en lo particular.

En  este sentido, localizamos por lo menos dos capitales beligerantes, uno el capital transnacional euro-americano y el otro, el capital transnacional ruso-asiático. De allí que  la expresión “Capital Transnacional Internacional” se refiera a cualquier tipo o clase de capital transnacional.

No olvidemos que en política no hay amigos, sólo intereses; y en base a sus intereses que convergen, los agentes políticos son compañeros de viaje o son aliados. Y bajo ciertas circunstancias, ciertos grupos de agentes se enfrentan entre sí, unos contra otros, bien sea en enfrentamientos no-antagónicos o antagónicos.

El Estado por su parte, es una Institución al servicio de los intereses de la clase dominante o del grupo hegemónico de dicha clase. Desde esta perspectiva, el Estado Mexicano sirve a ciertos intereses, en general a los intereses del modo de producción dominante, esto es, del capitalismo, pero que en nombre del “bien común”, de toda la sociedad, se establecen los intereses del segmento hegemónico de la clase capitalista, esto es, los intereses de los capitalistas transnacionales.

En este sentido, Andrés Manuel López Obrador, en su calidad de Presidente de la República Mexicana, servirá a los intereses generales del capitalismo y en especial a los intereses de los capitalistas transnacionales. Por eso desde antes de tomar posesión de su titularidad del Poder Ejecutivo, estuvo participando de las discusiones con ese segmento de capitalistas transnacionales americanos.

Y gracias a que existe ese acuerdo general entre ellos, es que los capitalistas trasnacionales americanos han apoyado al gobierno del Presidente López Obrador desde la discusión del antiguo TLCAN, ahora T-MEC, de la derogación del arancel impuesto por Trump al Acero y al Aluminio de México y Canadá, y recientemente a la suspensión del gravamen que quería imponer Trump a las exportaciones mexicanas a USA.

Desde esta perspectiva hay que entender el discurso dado por Andrés Manuel en su mitin de Tijuana Baja California y el contenido del acuerdo firmado recientemente entre USA y México para liberar a las exportaciones mexicanas a Estados Unidos del arancel. Más aún, AMLO pretende crear un gran mercado de inversión de capitales transnacionales americanos desde el sureste del país hasta todo centro-américa.

El hecho de criticar, y hasta estar en contra del neoliberalismo como modo de desarrollo capitalista, no es estar en contra de los intereses del capitalismo transnacional internacional. El modelo de la economía mixta ha servido a las mil maravillas tanto al capitalismo transnacional americano como al capitalismo transnacional asiático.

Por eso, el modelo de economía mixta propuesto por AMLO para México y su plan de desarrollo de centro-américa, no perjudican en nada a los intereses del Capital Transnacional Internacional, antes bien, lo benefician. En relación con la autosuficiencia alimentaria, tampoco perjudica a tal Capital, dado que perfectamente puede participar en el financiamiento y en la producción, asociados con los productores mexicanos. En fin.