LA EDUCACIÓN QUE REQUIERE LA CUARTA TRANSFORMACIÓN DE AMLO

logoPor: Octavio Camelo Romero

La “Educación” es un fenómeno social, político y de carácter histórico que se plantea transferir las experiencias de las generaciones anteriores a las nuevas, resolver los problemas pendientes de solución, solventar los nuevos problemas y formar a las siguientes generaciones conforme las necesidades sociopolíticas de la época.

En este sentido amplio, en la educación intervienen la familia como inmediata mediación de la sociedad, el barrio, la colonia, las organizaciones sociales, religiosas, culturales y políticas, el Estado con sus Instituciones políticas y educativas, los organismos empresariales, etc. Sin embargo, la sociedad y el Estado en su tarea formativa trabajan con varios estratos generacionales, cada uno con sus características y necesidades específicas según su edad, requerimiento de información y propósitos formativos.

En el proceso educativo intervienen por lo menos tres factores: a) el factor biológico, b) el factor psicológico-emocional y, c) el factor socio-ambiental. Por lo tanto, los procesos educativos comienzan incluso desde antes del nacimiento y necesariamente son diferentes según la edad, el medio social y la maduración psicológica.

En este sentido la “Cuarta Transformación” está obligada a distinguir varios procesos educativos con objetivos específicos. Por lo menos, se requiere de la “Educación Prenatal”, de la “Educación Inicial”, de la “Educación Preescolar”, de la “Educación Escolar”, de la “Educación Media Básica”, de la “Educación Media Superior”, de la “Educación Superior”, de la “Educación de Especialidades” y de la “Educación de Postgrado”.

En este sentido no debieran estar separados la SEP y el CONACYT, toda vez que el país requiere personal formado como investigador que satisfaga las necesidades científico-técnicas de la producción industrial mexicana. Por citar algunos aspectos, la “Autosuficiencia Alimentaria” requiere de la investigación y generación de nuevos conocimientos en la digitalización, robótica y demás tecnologías de la comunicación con el propósito de incorporar estas y nuevas tecnologías a los procesos productivos de los agroalimentos.

Se requieren cambios radicales en la estructura y control de la cadena que nos permitan, por un lado, elevar la productividad de los ejidatarios, pequeños productores y comunidades de pueblos originarios que se han quedado rezagados del progreso y, por el otro, que nos permitan igualar las condiciones de los mexicanos que producen agroalimentos.

Se trata de una verdadera revolución científico-técnica de la “Cuarta Transformación”, que afecta la producción de “hardware”, software y un sistema financiero digital. La Educación Superior, la Educación de Especialidades y la Educación de Postgrado estarían orientadas a la investigación y diseño de maquinaria, de robots, de drones, de sistemas de inteligencia artificial, de nubes de Big Data, a la elaboración de programas de datos genómicos, de biología sintética, de nuevas biotecnologías y, a la creación de un sistema digital.

El resultado de la formación de este personal y de las investigaciones, impactaría a la producción industrial, agroalimentaria, etc. Desde luego que este proceso no es de corto pero sí, de mediano plazo. Al final del proceso, se tendría una producción agroalimentaria realizada con maquinaria agrícola instrumentada con unos sistemas de GPS y sensores, con el uso de drones y de chips en animales de cría por finca, con el propósito de obtener continuamente datos de cada propiedad, los cuales se almacenarían en nubes de datos, donde estarían los sistemas de inteligencia artificial que informarían a cada agricultor sobre lo que debe hacer, qué, cuándo y dónde sembrar, aplicar riego, agrotóxicos, fertilizantes, etc.

Para ello se requiere Internet en todo el territorio nacional pero además, se necesita orientar todo el sistema educativo y de investigación a estos propósitos. Como dice mi amigo Jaime Cervantes Rivera, “la esencia de la educación prenatal y de la educación inicial es la estimulación temprana”. En esos periodos de la infancia se trata de formar sinapsis, entramados de neuronas, de desarrollar habilidades, aptitudes, actitudes, destrezas, emociones, etc.

El humano hasta los 18 o 20 años deja de desarrollar su cerebro en la región prefrontal. Esto quiere decir que el proceso formativo abarca todo el proceso educativo desde la educación prenatal hasta la educación media superior. De allí que la Cuarta Transformación debe reflejar en la  Constitución Política y en la Ley General de Educación sus alcances educativos. En fin.

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