Por: Oscar Zúñiga

¡Hijo e’ su! Ya pasaron varios días, y al parecer con los desmanes que causaron las muchachitas no pasó nada, y de nuevo el gobierno correrá con los gastos de la reparación de los daños. ¡Viva México, viva Nayarit! Creo que el empoderamiento que se le está dando a la mujer, ahora se está tomando como libertinaje. Hace unos días publicaba yo en redes sociales, que las que causaron los daños eran puras chamaquitas menores de edad.

Chamacas que en su corta vida todavía no han tenido ninguna dificultad para sortear la vida, pues son todavía hijas de familia y quizás muchas de ellas estudiantes hasta de secundaria. Hice una pregunta y aquí la vuelvo a repetir, ¿Dónde están los padres de estas chamacas? O, ¿acaso es el mismo comportamiento que tienen en sus casas? Porque esto demuestra su falta de educación y de valores morales.

Eso sí, muy dignas, no dejaron a la prensa que les tomaran fotografías, pues se lanzaban en contra de ellos por ser del sexo opuesto, claro que no somos misóginos, al contrario, amamos a las mujeres, pero este rencor hacia los hombres que en ese momento se les acercaban, era fatal. Sabemos que muchas mujeres de esta marcha lo hicieron porque de verdad ya pasaron por algo que les arrebató la vida de un ser querido, pero esas personas no salen a vandalizar, simplemente salen a buscar justicia y a decir, “gobierno, voltea para acá, aquí estoy”.

Por otra parte, el gobierno también tiene parte de culpa, porqué, pues por no dar a conocer bien los esclarecimientos de los homicidios. Esto que voy a decir es muy cierto y duro para quienes han perdido un ser querido, pero, por ejemplo: de los clasificados que hasta ahora hay como feminicidios, cuántos son reales y cuántos son causados por otra fuente distinta. Tenemos que reconocer que de acuerdo a la cifra que hasta ahora hay de mujeres que han perdido la vida, no todos han sido feminicidios.

Pues hay muchos homicidios donde algunas mujeres se han dedicado al narcotráfico y terminan siendo asesinadas, quizás estemos mal, pero aquí se debería de calificar como homicidio, pues estas mujeres vivieron la violencia, pero no familiar, sino la del crimen organizado. Pero claro, la autoridad es la que tiene la última palabra, y mientras no se retomen de nuevo en nuestra educación los valores morales, nunca se terminará la violencia en contra de las mujeres.

Solo hay que recordar, que, hasta antes de los ochentas, nuestra educación, aunque pésima igual que ahora, sí tenía dentro de sus libros de texto lo que en aquellos años llamábamos civismo, cuya palabra tiene el siguiente significado:  Es el comportamiento de la persona que cumple con sus deberes de ciudadano, respeta las leyes y contribuye así al funcionamiento correcto de la sociedad y al bienestar de los demás miembros de la comunidad.

Antes, que esperanzas que uno como hijo interviniera en las pláticas de sus padres o personas mayores que lo rodeaban, pues eso significaba una llamada de atención familiar. Hoy es todo lo contrario, si un padre tiene una plática con otra persona adulta, el hijo interviene para corregir al padre, a eso hemos llegado, hacer estas aclaraciones es porque queremos llegar a otro punto de nuestra vida cotidiana que estamos viviendo.

Después de hablar de valores morales hay un punto crítico que es muy sensible de tocar, pero que también es necesario hacerlo, por ejemplo: Hay muchas mujeres que participan en este tipo de marchas y que tuvieron conocimiento de una vida holgada de su familiar que ahora no está con ellos, digo esto porque algunas veces participé en la información que emitían los colectivos, ahí vi a muchas madres conocidas cuyas hijas o hijos están desaparecidos.

Madres que exigen justicia, y por supuesto que están en todo su derecho, pero también son madres que en su momento sabían que su hijo o hija andaba en malos pasos al gastar más de lo que ellos como padres no le daban, o si me equivoco y no se daban cuenta creo que desde ahí estaban mal, pues todas estas madres después de todo esto exigen justicia, lo que en su momento nunca les importó, pero estas jovencitas que hacen los desmanes, ¿alguien me puede decir a quién representan?

Es aquí donde entra la diferencia del empoderamiento mal usado, y desgraciadamente la ley, al parecer no puede actuar en su contra, pues sí no pueden muy facial, para la próxima marcha ármenlas con cartuchos de dinamita para que hagan la demolición de Palacio de Gobierno hoy “Casa del Pueblo”, el edificio del Congreso del Estado y de paso la Catedral que no se ha escapado de las pintas de estas vándalas.

Les dije, no quiero hablar porque salen las verdades, pero esta es nuestra cruda realidad, espero no ser linchado cuando salga a la calle, por ahora no creo poder, ya que estoy un poco enfermo, finalmente, le recordamos a todos los padres, que ya tomen su verdadera responsabilidad de educar a sus hijos.