Por: Oscar Zúñiga

¡Hijo e’ su! No cabe duda que la voracidad de Geraldine Ponce asesorada por el inútil del Galván, van por muy mal camino, desde su llegada pusieron al frente de la Policía Municipal a personas que ni siquiera tienen la más mínima noción de que lo que es ser un policía, pero eso sí, la orden que recibieron por parte de Galván fue tajante, recaudar dinero a como diera lugar.

De ahí, que arrastrados por el Simpson se les ocurriera la genial idea de que cada patrulla detuviera a diez cristianos por día, esto bajo la promesa de que la patrulla que llevara más detenidos de los solicitados por el “alto mando” se ganaría un bono extra a su mísero salario de 10 mil pesos, esto pagadero a fin de cada mes, y fue así que inició el calvario de todos los tepicenses de buena voluntad.

Porque buena voluntad, pues porque no hay trabajadores de la construcción o de cualquier índole que al fin de la jornada los sábados o cualquier día de la semana se tome una cervecita, ya sea en su casa o sentado a la puerta de su casa, pues bien, la orden es que a todo aquel que tenga una cerveza en la mano, y aunque esté sentado en la puerta de su casa sea detenido y llevado ante el Juez Cívico, que estos no resultan ser más que unos rateros con título y ahora les explicaremos el porqué.

La policía por tal de ganar esos diez mil pesos extras por patrulla, detienen a todo aquel que se les ocurre, aún sin cometer delito alguno, ejemplo, el día de ayer un parroquiano del cual nos reservamos el nombre y el domicilio, fue detenido en un parque en las cercanías de su casa por la Policía Municipal, el motivo, espero no se vayan a reír queridos lectores.

-Lo ven sentado en el parque a donde va siempre porque ahí tiene señal de Wifi, pasa la policía, lo ve, y se detienen, se le acercan y le preguntan. – ¿Qué estás haciendo? – Aquí viendo mi celular. -a ver párate, te vamos a revisar. Lo revisan y no le encuentran nada, es aquí donde entra el colmillo retorcido de los cuicos, pues se acerca otro, le toma la mano al sujeto, se la acerca a la nariz y le dice: -hueles a marihuana cabrón. Lo esposan y lo suben a la patrulla.

Esto nos hace pensar que estos cuicos se los tenemos que recomendar al Fiscal Petronilo, pues a la mejor tienen el olfato mejor que sus perros que tienen para detectar droga, pero bueno, eso será después. Ya detenido es llevado a los Juzgados Cívicos, ahí desde el principio le hacen un circo, primero tiene que llenar el policía municipal el formulario para que el detenido sea entregado a una bola de policías que ahí se encuentran, esto a espaldas del Juzgado y que son los que los reciben y los meten a la celda.

Estos son una bola de barbajanes que no les importa que haya mujeres y hombres y menores de edad, ahí detenidos, pues entre ellos se hablan con un florido lenguaje que ni la peor de las cabareteras lo dice, pero bueno, ahí son los amos y señores, pues nada más su chicharrón truena. Es ahí donde inicia el calvario del detenido, pues, sí es detenido a las seis, o siete de la noche, y sí es que sale pagando su multa, su salida será hasta pasada la una de la madrugada.

Pues resulta, y esto lo hemos visto en varias ocasiones, que las, o los Jueces, desde las ocho de la noche no hacen nada hasta las doce, digo, porque nadie obtiene su libertad hasta después de las doce de la noche. Eh aquí otra explicación del porqué, después de que el detenido está en la celda, es registrado y metido a un sistema que atiende una mujer que recibe a la gente con un genio como de mujer insatisfecha.

Y cuidado y le diga algo así como, oiga le estoy preguntado esto, su contestación es, -espérese que es de usted, su familiar, su amigo etc., él no será atendido por la Juez hasta dentro de tres horas. Y cuidado y te molestes por su contestación. Y si te ve enojado te dice, mire, primero tiene que pasar por los filtros que son la Psicóloga y luego el doctor que los revisa antes de ir con la juez. Y ¡plof! Que nos damos cuenta que todos estos son una pinche farsa.

Pues al pasar el detenido con la Psicóloga esta lo único que les pregunta es, que día es hoy, como se llaman, de donde son y su domicilio, y que sí han sufrido en poco tiempo atrás la perdida de un familiar que es para llenar el formulario. Luego pasan con el médico, este todavía más pendejo, no los revisa para ver si traen algún golpe o algo parecido no, hace las mismas preguntas quela Psicóloga, es decir, no sirven para nada, pues ya casi llegadas las tres horas ya los pasan al Juez.

Ahí aparece en escena un sujeto que dice ser el Defensor de Oficio, este todavía más pendejo que el médico y la Psicóloga, un sujeto regordete, moreno, de lentes, con libreta de tránsito en mano como aparentando ser un hombre comprometido con la ley, pero es todo lo contrario. Pues ya con la Juez y ante este sujeto que dice ser Defensor de Oficio y que sí lo es, lo paga el estado, pues no defiende a nadie, es decir, solo les dice a los detenidos ante el Juez, -Sabes que tienes que estar callado porque todo lo que digas será usado en tu contra, no digas nada

Aquí es donde te preguntas, qué clase de abogado es este cabrón, la juez se limita a decirte estas por esto o por aquello y tu multa es de tanto, pero es la primera vez y pagarás tanto, que eso sí, la multa más barata por una detención es de 1400 pesos.  En resumidas cuentas, no tienes defensa, no tienes atención del Psicólogo y mucho menos del médico, del defensor ya ni hablamos, pero el asunto va más allá.

En las detenciones se llevan a menores de edad, y lo peor es, que a estos menores los meten a las celdas junto con borrachos drogadictos, ladrones y lo que se acumule, a Geraldine Ponce no le importa estar violando los derechos humanos de los menores, mucho menos le importa que se contaminen con toda esta clase de gente que el día de mañana bien puede utilizar a estos jóvenes en alguna actividad ilícita, este es el problema más grave.

Ahora nos preguntamos, ¿Dónde está el personal de Derechos Humanos que no son buenos para, aunque sea de vez en cuando visiten este lugar que es la sede del robo más grande que se les hace a los ciudadanos tepicenses? Les aconsejamos a Geraldine y a Galván que ya paren estos atracos, porque la gente pronto se cansará, y el día menos pensado la gente comenzará a linchar a policías como lo hacen por tantas injusticias que cometen estos en el centro de nuestra bella República, en fin, ojalá y ya le caiga el veinte a este par de depredadores del pueblo.