Se dice que es de sabios cambiar de opinión

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Por Sergio Mejía Cano

Una de las cosas que más se le censura al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es el cambio de postura tan radical en cuanto a lo que pregonó durante tanto tiempo, inclusive hasta en su campaña, respecto a que el Ejército Mexicano debería de permanecer en sus cuarteles y, esto, porque las anteriores administraciones, utilizaron a las fuerzas armadas y la Marina, para hacer trabajos que nada más, constitucionalmente, le correspondían a otras corporaciones policíacas de carácter puramente civil.

Sin embargo, una vez que AMLO ya era presidente electo, después de una reunión que tuvo con el entonces secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda y de la Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz, AMLO salió de esa reunión plenamente convencido de que el ejército y la Marina, deberían de seguir en las calles; pero en descargo, bajo un estatus legal y no nada más en forma autoritaria, tal y como se había estado llevando a cabo.

Es especulación desde luego; pero tal vez Cienfuegos y Soberón, le hicieron ver a AMLO que era necesario apoyarse en las fuerzas armadas debido a la situación tan crítica prevaleciente en el país en cuanto al incremento de los crímenes de toda índole.

El problema es que, ahora a pesar de que ya está legalizado el que las fuerzas armadas anden en las calles haciendo labores antes correspondientes únicamente a las fuerzas civiles, la criminalidad no cesa y se podría decir que sigue en aumento y, peor aún, es que dichas fuerzas armadas, por lo regular se presentan en los lugares en donde ocurrieron hechos sangrientos, ya una vez que pasaron, tal y como casi siempre ha sucedido a lo largo y ancho de nuestro depauperado y dolido país. Y, cuando están presentes estas fuerzas federales, a veces es por pura coincidencia o porque le atinaron a lo que probablemente podría suceder en algún lugar o cuando estas fuerzas han sido sorprendidas por grupos armados teniendo que defenderse de una posible emboscada.

Según los expertos en seguridad, jamás ha sido recomendable poner a las fuerzas armadas, en ningún país que se diga democrático, a ejercer tareas de policía y de inteligencia y prevención, pues su capacitación no es para este ejercicio, sino más bien, para la defensa de determinado país en caso de invasiones de otros.

Y si bien hoy en día las fuerzas armadas de nuestro país han perdido en cierta forma un grado de temor y respeto a la vez, aun así su presencia todavía hace pensar a determinados criminales o personas dispuestas a cometer alguna fechoría, pues mucha gente sigue estando consciente de que los soldados y marinos no se andan con chiquitas, pues llegan con todo sin preguntar ni averiguar, sino únicamente para calmar ciertos ánimos alterados.

Todavía hasta principios de los años 70 del siglo pasado, los trenes de pasajeros que manejaban coches de segunda clase, traían a bordo una escolta para cuidado y protección de bienes y del mismo pasaje; aunque algunas veces en que el conductor de dichos trenes tenía que pedir la ayuda de esta escolta por haber pasajeros buscando problemas, después se arrepentían de solicitar la intervención de esa escolta de soldados, pues llegaban con los pasajeros alterados y sin preguntar soltaban culatazos a diestra y siniestra y a veces a quien le tocaran, así no tuvieran nada que ver en esa bronca.

Cierta vez le pregunté a un conductor de trenes de la vieja guardia si alguna vez había tenido la necesidad de tener que recurrir a solicitar la intervención de los soldados que viajaban a bordo del tren a su cargo, respondiendo este antiguo ferroviario, que no le habían quedado ganas, pues llegaron golpeando en fea forma a unos pasajeros que, en punto alcoholizado iban armando borlote asustando a los demás pasajeros como mujeres, niños y ancianos y, que de rebote, también la habían emprendido con unos jóvenes que viajaban en forma tranquila sin tener nada que ver en la bronca de los pasajeros borrachos.

Entre los motivos de AMLO para que la Guardia Nacional sea administrada y esté bajo la jurisdicción de la Defensa Nacional, es supuestamente para que no se corrompa como le sucedió a la policía Federal, en donde sus mandos hacían y deshacían a su antojo; sin embargo, se podría decir que, en la naturaleza humana está el que en determinado momento cualquier ser humano se descomponga en sus actos, por lo que algo parecido a lo que sucedió con la policía federal, podría ocurrir con las fuerzas armadas. Obviamente que no con todos sus elementos.

Sea pues. Vale.

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