CON PRECAUCIÓN
Por: Sergio Mejía Cano
El pasado 22 de abril se celebró el Día Mundial de la Madre Tierra; sin embargo, para mucha gente pasó este día prácticamente desapercibido a pesar del cambio climático tan fehaciente cuyos estragos cada día se sienten más en este planeta llamado Tierra.
Dicho cambio climático pareciera no importarles en lo absoluto a muchos empresarios e industriales y, desde luego a la mayoría de los países industrializados, pues mientras obtengan ganancias económicas y de dominio, quizás piensen que es mejor para ellos.
Ya lejanos quedaron los días en que abuelas y abuelos le atinaban cuándo llegarían las lluvias, cuándo haría frío, cuándo calor, etcétera, pues hoy en día es raro que le atinen, por lo que mucha gente que oía a sus adultos mayores y quieren seguir su ejemplo, nomás no le atinan a nada de nada.
Hay una frase que se le atribuye al actor y director cinematográfico Clint Eastwood que reza: “La gente dice que deberíamos dejar un planeta mejor para nuestros hijos. La verdad es que deberíamos dejar unos hijos mejores para nuestro planeta”. Obviamente que esta frase podría aplicar en todo su sentido, ya que sí deberíamos de preocuparnos todos los humanos por ya no seguir contribuyendo al deterioro que genera la contaminación de todo tipo: ambiental, auditiva, visual, etcétera; pero también por mostrarle y demostrarle a las nuevas generaciones que no sigan el ejemplo impartido hasta hoy, pues se ven padres y madres de familia que no les llaman la atención a sus hijas e hijos cuando tiran basura fuera de los contenedores para el propósito, ya que consideran muchos padres de familia de hoy en día que llamarles la atención a sus hijos los podría dañar psicológicamente, que los traumaría y que hasta los podrían acusar de maltrato infantil y quién sabe qué cosas más.
Pero como se dice comúnmente: los niños hacen lo que ven, que siguen el ejemplo que les imparten sus mayores, así que se podría decir que si un niño o niña no están acostumbrados a depositar los desechos en un recipiente adecuado y que si tiran estos a un arroyo o un río, es porque así lo han visto de sus mayores y, si nadie les dice que no lo hagan, pues crecen con esa idea de que lo que hacen está bien; y así podría seguir la cadena con los descendientes de estos niños de ahora que tiran basura y desechos en donde sea, ya que será el ejemplo que les darán a sus hijos.
Y a propósito de los países industrializados, cierta vez una profesora nos dijo a sus alumnos por qué había unos países más avanzados en cuanto a progreso y tecnología, diciéndonos que por ejemplo, muchos de los países que ahora estaban más atrasados tecnológicamente que otros se debía que muchas de las naciones no habían avanzado porque prácticamente tenían casi todo al alcance de la mano, que eran las carencias y dificultades climáticas lo que había hecho que en otras partes del mundo sus habitantes buscaran y crearan las condiciones más propicias para poder subsistir, creciendo así la industria para ir creando implementos que les facilitaran más la vida o para que se les hiciera más cómoda, naciendo así la creación de artefactos que, con el tiempo se fueron modernizando cada día más y más; pero sin tomar en cuenta que con ese progreso en tecnología crecía a la vez la contaminación de arroyos, ríos y mares, obviamente.
Esta profesora que nos impartía la clase de español en segundo de secundaria y que por lo regular los viernes los tornaba en sociales para preguntas y respuestas de todo tipo, comentó algo que en lo particular se me quedó grabado para siempre: nuestro planeta es un ser viviente y como tal, propenso a enfermedades y deterioro orgánico como el cuerpo humano o de otras especies, y que así como nuestro organismo contenía todo tipo de células, benignas y cancerosas, el planeta igual.
¿Y qué hacen las células cancerosas en nuestro cuerpo? Pues invaden y destruyen a las benignas y son muy expansivas destruyendo todo lo que van tocando; así que, ¿quiénes se podrían considerar como las células malignas en el planeta que habitamos? Pues los países industrializados que van devastando todo a su paso, enfermando así al planeta; todo, en aras del progreso y avance tecnológico. Las naciones que menos fueron progresando son las que más convivían con la Madre Naturaleza respetándola en vez de afectarla con desechos de todo tipo, tal y como lo vemos hoy en día. Esto lo podemos comprobar al estudiar cómo vivían las naciones de Mesoamérica y del norte antes de la llegada de los europeos.
Sea pues. Vale.