Suspensión para la impresión de los nuevos libros de texto gratuitos

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Por: Sergio Mejía Cano

Desde la semana pasada comenzó a circular en varios medios informativos y portales de internet, que la jueza Yadira Medina Alcántara, titular del Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México, había otorgado una suspensión para frenar la impresión de los libros de texto gratuitos de educación básica, sin que esta suspensión impidiera la distribución de los mismos libros para el próximo periodo escolar 2023-2024-

Se dice que dicho amparo lo promovió la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) debido a la inconformidad tanto de esta unión como de varios sectores de la sociedad por no haber hecho las consultas correspondientes por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para la verificación de sus contenidos, pues en algunos de ellos se hace “apología de la pobreza”, así como el modo que se quiere imponer que es de adoctrinamiento muy contrario a lo que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como enaltecer las figuras de los generales Felipe Ángeles y Francisco Villa.

Desde luego que las inconformidades que presenta la UNPF no es nuevo en lo absoluto, porque cada vez que se anuncia una nueva impresión de los libros de texto gratuito, siempre encuentran algo que no les gusta porque contraviene a sus creencias, sobre todo religiosas. Esto ya es común cada vez que se pretenden avances científicos y biológicos; como cuando se incluyó la educación sexual en dichos libros de texto para alumnos de quinto y sexto grado de primaria, poniendo el grito en el cielo varios sectores de la sociedad, pero sobre todo esa UNPF que nada que signifique ser contrario a sus creencias les agrada.

El problema es que no nada más la UNPF y algunos sectores de la sociedad se oponen a los avances educativos por cuestiones de creencias religiosas, sino que también se ha visto en muchos casos, que tanto estas sociedades, así como políticos, funcionarios y gobernantes de los tres niveles, muchas de las veces tratan más apegarse a sus propias ideas que a las del bien común, sin tomar en cuenta que en nuestro país existe una amplia diversidad de culto público y asociaciones religiosas y hasta personas pensantes que no creen en creencias de ningún tipo, sino simple y sencillamente, respetar esa diversidad de pensamientos.

Según la información que apareció en la mayoría de las notas informativas respecto a esta suspensión para la impresión de los libros de texto gratuitos, se hace apología de la pobreza; ¿y qué acaso en nuestro país no hay más pobres que gente pudiente? Y si se habla de generales de la Revolución Mexicana, ¿qué acaso no existieron dichos generales revolucionarios, sino la Revolución en sí?

Otra de las quejas de la UNPF es que en el contenido de la impresión de esos libros de texto se hace referencia al uso del internet y demás complementos electrónicos, sin tomar en cuenta que la mayoría de la población mexicana no tiene acceso a nada de esto. Entonces, aquí se están contradiciendo estas mismas sociedades cuando critican que se hace apología de la pobreza México.

Está científicamente comprobado que nuestra Nación es una de las más atrasadas en cuestión educativa a nivel mundial; y ¿por qué? Pues precisamente debido a las creencias religiosas que nos impusieron los invasores europeos, ya que cada vez que se trata de implantar en los libros de texto gratuitos, como avances científicos o reformas educativas más avanzadas, de inmediato saltan a la palestra la UNPF y algunos sectores de la sociedad conservadores en su mayoría, si no es que, en todos ellos, poniendo el grito en el cielo aduciendo que se atenta contra la moral y las buenas costumbres. ¿Por qué la UNPF y esos sectores de la sociedad no dijeron nada ni protestaron cuando se suspendió la materia de Civismo y Ética ni tampoco cuando en el sexenio pasado se decía que se iba a eliminar la materia de Historia, en la enseñanza básica y media?

Otra de las quejas de la UNPF es porque en dichos libros se hace referencia a palabras que mucha gente les agrega la “S o la N” al final de la pronunciación, tales como “dijistes, entendistes, nadien, Aguascalientesn, etcétera”; siendo que se ha documentado que son palabras que así se pronunciaban antiguamente, como truje en vez de traer, ansina, mesmamente, su merced, etcétera. Y esto debido a que en la zona rural aún existen personas que así oyeron hablar y tienen fija esa idea del idioma sin saber, quizás, que a cada rato hay modificaciones en la lengua.

Sea pues. Vale.

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