Por: Sergio Mejía Cano
No es posible que se considere violencia política por razón de género señalar el patético desempeño que ha tenido en el Senado de la República la señora Lilly Téllez, cuyo comportamiento ha rebasado completamente todas las medidas del decoro y buen comportamiento, ya que al parecer en forma sistemática se ha dedicado no nada más a cuestionar al presidente de la República, sin o que su lenguaje ha dejado mucho qué desear al insultar a los senadores de otros partidos.