Por Octavio Camelo Romero
El presidente de la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), Cuauhtémoc Rivera, indicó que de acuerdo con la 9ª Encuesta de ese organismo, el huevo se ha encarecido 75.9 por ciento en un año, que otros productos, como el limón, también han tenido alzas en el periodo referido, 63.41 por ciento, así como el jitomate, 63.24 por ciento.
Resaltó que el “poder adquisitivo” se ha deteriorado, pues el consumo de productos como embutidos, específicamente el jamón, que es el producto estelar en las tienditas, ha caído 64.41 por ciento; el yogurt, 61.23 puntos porcentuales, y las carnes, como milanesa, 45.64 por ciento.
Indicó que los salarios vigentes no alcanzan para cubrir las necesidades de la población del segmento medio a popular, el cual es el atendido por los pequeños comerciantes, pues al principio del actual sexenio el costo de la canasta básica era de 832 pesos y casi se ha duplicado para ubicarse en cerca de mil 500 pesos.
En ese sentido, consideró que la actual administración presidencial de Enrique Peña Nieto ha empobrecido al grueso de las familias mexicanas. Rivera recordó que las remuneraciones en México son de las más bajas entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Indicó que la política impuesta desde hace 40 años de no incrementar los salarios para no aumentar la inflación ha demostrado ser falsa y perjudicial para el crecimiento del país, pues el poder adquisitivo de las familias ha frenado el desarrollo de México, como sucedió el año pasado cuando la Confederación Patronal de la República Mexicana logró que se aumentara a 88 pesos diario el salario mínimo.
Aseveró que la presión sobre la economía se mantendrá y remarcó que se necesita elevar el salario mínimo a 265 pesos diarios, para fortalecer el mercado interno. Cuánta razón tiene Cuauhtémoc Rivera. El gobierno de AMLO tiene que revalorar la política salarial y la política educativa e investigativa. Se tiene que partir de reconocer que en el país existen dos circuitos económicos.
Uno orientado al mercado de USA con altos costos sociales para los mexicanos al bajar los salarios al máximo para hacer atractiva la inversión de capitales transnacionales y poder producir con elevadas tasas de ganancia y a precios competitivos en dicho mercado. Este modelo de crecimiento se inicia en el gobierno de De la Madrid y sigue ininterrumpidamente hasta el de Peña Nieto.
El resultado fue una espantosa concentración de la riqueza con una populosa miseria del Pueblo. Y no podía ser de otra manera con excesivas cuotas de ganancia. El otro circuito económico es el orientado al mercado interno, al mercado que atiende la Asociación Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), y que por efecto de los bajos salarios y del escaso crecimiento de la economía del país, se ve reducida la capacidad de compra de las familias mexicanas, desde las llamadas capas medias hasta las más pobres.
Pero además, este segmento es el numéricamente mayoritario de la población y es el que llevó a López Obrador a la Presidencia de la República. Una redistribución de la riqueza nacional producida por los mexicanos requiere de por lo menos un salario mínimo de 300 pesos diarios que es el costo de una canasta básica para una familia promedio. Y de allí para adelante estructurar los salarios por especialidad. Solo de esa manera se logra reactivar el mercado interno. En fin.