MANIFIESTO A LA SOCIEDAD NAYARITA

N  A  Y  A   R  I  T  A   S:

IMG_20201214_164619_resized_20201214_044646732Somos un Estado con un rezago social creciente; con una desigualdad que disminuye no porque ahora tenga más ricos, sino porque cada vez tiene más pobres; con más de 500 mil habitantes con ingresos que no les sirven para cubrir sus necesidades elementales; y con250 mil que no les alcanza para comprar siquiera una canasta básica de alimentos. Y este panorama de seguro empeorará con la Coronacrisis, pues en lo que va del 2020 ha dejado sin empleo a 14 mil nayaritas y ha quitado ingresos a millares de nuestras familias.

Muchos no se explican el por qué, si la naturaleza nos ha dado recursos en una ubicación de privilegio. Y es que la historia mundial enseña que esto no basta si la política no es correcta y si no tienen las instituciones políticas apropiadas ni sus derivadas instituciones económicas, de manera que, las naciones fracasan y los gobiernos revientan. Por eso se equivocan quienes creen que la solución está no más en traer capitales a Nayarit. No saben que la principal debilidad está en que el atraso político obstaculiza el desarrollo; y que la gestión pública ineficiente impide que las interacciones entre la estructura del Gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y el mercado logren un desarrollo social, económico y político-institucional sano.

Por lo tanto, sus proyectos difieren de la esencia de la Transformación de México en que está empeñado el Gobierno de la República. Pueden traer capitales, pero si no acabamos con el atraso político, el beneficio de explotar nuestros recursos de nuevo no será para nosotros. O ¿No sucede así con el turismo en la Riviera Nayarit? ¿No pasó así con las empresas extranjeras del tabaco?

No quieren entender que nuestra gobernanza ha sido débil por falta de perspectivas políticas y por males históricos (caciquismo, corrupción, impunidad; oportunismo, falta de compromiso con el pueblo, desconocimiento de sus necesidades, improvisación, autoritarismo y más desventuras) que han impedido que las y los nayaritas nos movilicemos democráticamente como fuerzas productivas y sociales protagonistas reales de cambios de a de veras, no de meros remedos. Para ellos la 4T es sólo cambiar unos personajes por otros (ellos), no la transformación del régimen político.

Tampoco conciben que los partidos políticos no han tenido verdaderos liderazgos, que pasan por crisis de credibilidad y que sus alianzas sólo responden a conveniencias personales o de grupos, como se están perfilando en la contienda electoral ya próxima. La “nueva normalidad” ha puesto al descubierto que estamos en el umbral de un mundo nuevo, desconocido en el que, por la incesante revolución tecnológica las cosa cambiarán rápidamente con serias consecuencias en empleo, educación, salud, estructura de la población, movilidad de las cosas y de nosotros mismos, por ejemplo.

Esta nueva realidad implica que levantemos la vista, no con la miopía de la inmediatez con que solemos mirar el futuro, sino hacia un horizonte de largo alcance para el que hay que prepararnos. Y esto exige gobernantes con experiencia y expresamente capacitados para dirigir a los cruzados que deben ir forjando el porvenir. El reto es enorme pero no imposible de lograr.

Para darnos las instituciones políticas que requerimos, hay que atacar de raíz el régimen político que ha venido imperando. Pero esto representa un proceso que primero exige tener un adecuado basamento legal que permita modificar lo existente y crear lo nuevo que necesita el gobierno para cumplir sus objetivos, metas y promesas. De ahí la trascendencia de las reformas que realiza el Poder Legislativo y, de ahí también, la importancia de obtener en el 2021 las mayorías necesarias en el Congreso de la Unión, en las legislaturas locales y en las gobernaturas que en paralelo habrán de elegirse.

Estamos en una lucha diaria entre los conservadores, que se resisten al cambio, y los transformadores, que queremos que México y Nayarit se desarrollen, pero no en favor de los de siempre, sino de todos, sobre todo de los marginados. Y en esta clase de luchas las fracciones de uno y otro bando tienden a unirse. Históricamente así ha sido: en la Independencia, en la Reforma y en la Revolución. Así pasó en Nayarit en 1975, cuando sólo el fraude electoral pudo evitar que Alejandro Gascón Mercado fuera gobernador.

Hoy las fuerzas progresistas deben dejar a un lado las diferencias y unirse, porque los demonios de la derecha están al acecho; las aguas y los aceites se sienten tan débiles que, ya sin máscaras, se están juntando para hacer un frente común al gobierno y sus aliados.

Ante tales circunstancias, UMPA se pronuncia por que las instituciones políticas y los ciudadanos que comulgan con la idea de transformar a México y Nayarit se unan en un Frente Popular Democrático del que surjan la(o)s mejores mujeres y hombres como candidatos a los puestos de elección popular y brote UNA PLATAFORMA QUE OFREZCA LUCHAR POR QUE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR CUMPLA YA SU PROMESA DE “RESCATAR DEL ABANDONO EL CAMPO Y A SUS POBLADORES”, y, por una gobernabilidad nueva fundamentada en la renovación de las prácticas tradicionales, creando formas frescas de gobierno que asuman su gestión de manera creadora, contextualizada y comprometida con un desarrollo y una democratización reales, con estricto apego a la legalidad, velando por desterrar el burocratismo y otras formas de anquilosamiento.

La nueva gobernabilidad deberá ser ejercida por servidores públicos capacitados para hacer de la gestión pública una forma de actuar para la mejora y no una forma más para hacer política” y que conciban la política como “la ciencia de transformar la miseria en bienestar, la escasez en abundancia, la injusticia en justicia, la dependencia en libertad y el temor a la vida en la alegría de vivir”. UN MEJOR NAYARIT ES POSIBLE, LUCHEMOS POR ÉL.

UNIÓN MEXICANA DE PRODUCTORES DE ALIMENTOS (UMPA)

Lic. Antonio Chumacero Gómez

Coordinador General en Nayarit

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