Por: Octavio Camelo Romero
Cuando el rio suena es que lleva agua “corriente”. Y son muchas las voces que acusan a Nayar de jugarle contras a su ex partido MORENA y al candidato morenista a gobernador, Miguel Ángel Navarro Quintero. Incluso involucran a gente tan distinguida como el Ing. Mena de Bahía de Banderas, para que por instrucciones de “arriba”, organizara una marcha de “protesta” contra la familia Echevarría, contra MORENA y contra Miguel Ángel Navarro Quintero, candidato de la Alianza “Juntos haremos historia”, a la gubernatura de Nayarit.
En una desnutrida marcha, con pancartas que denostaban al partido MORENA y a su candidato Miguel Ángel Navarro; y unos oradores que llamaban a ir en contra de la familia Echevarría, de Miguel Ángel Navarro y del Partido Morena, los supuestos morenistas fueron recorriendo la avenida México.
No es de extrañar este tipo de maniobras para debilitar la imagen del partido del presidente López Obrador, con tal de que se pierda la gubernatura y las diputaciones federales, que tanto se ocupan para culminar el proyecto de la Cuarta Transformación, 4T; la política es un juego de intereses; con el neoliberalismo, los intereses a los cuales servía el gobierno, eran los intereses de un reducido grupo de grandes empresarios nacionales y extranjeros que bajo el manto de la corrupción gubernamental, amasaron grandes fortunas y se hicieron dueños de las empresas de la Nación.
Sin embargo, con la construcción de ese gran frente patriótico que es MORENA y con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República, cambiaron los intereses a los cuales sirve el actual gobierno; del servir a una minoría plutocrática, se pasó a servir al Pueblo, a la Nación, a todos los mexicanos; pero para eso se tuvo y tiene que luchar contra la corrupción, contra la injusticia, contra el despilfarro, contra devaluación moral de la vida pública, contra la impunidad, y sobre todo, contra los malos funcionarios como los que están en el INE, en algunos juzgados, etc.
Por eso, no son pocos los intereses que se están afectando con las políticas del actual gobierno de la República; los grandes empresarios nacionales y extranjeros que no pagaban sus impuestos a la Hacienda Pública ahora lo tienen que hacer, aún con sus amparos de por medio; las grandes corporaciones empresariales que ejercían presión para obtener prebendas y amasar grandes fortunas bajo el cobijo del Poder Público, ya no lo pueden hacer; definitivamente la delincuencia organizada y la delincuencia de cuello blanco ha sido, está siendo y seguirá siendo afectada por las política públicas del presidente López Obrador.
En este contexto se está dando el proceso electoral y la búsqueda de demeritar la presencia de MORENA en dicho proceso. Por eso, las diferencias entre los morenistas no son tan graves como para plantear una batalla anti-partido, una lucha contra el partido del presidente López Obrador. Quien se vaya en contra, es porque está del otro lado de la barrera, del lado de los corruptos, del lado de los neoliberales, del lado de la derecha golpista. Y esa marcha que hubo no puede ser morenista, es contraria a MORENA. En fin