CON PRECAUCIÓN

Por: Sergio Mejía Cano

Anteriormente era común oír decir a las personas mayores familiares, conocidos o amigos que si alguien hacía algo indebido o fuera de la ley iría a parar hasta las Islas Marías; de ahí que mucha gente se la pensara para hacer algo mal, aunque también y como siempre, hubo gente que esta advertencia les valía un cacahuate. Y hoy en día menos, porque ahora las Islas Marías serán un centro turístico y cultural.

Están por abrirse al público las visitas a dichas islas pudiendo abordar cruceros, se dice, que tanto del puerto de San Blas, Nayarit y del bello puerto de Mazatlán, Sinaloa, desde donde zarparán barcos de los llamados “ferris” para el traslado de quienes decidan ir a visitar al otrora lúgubre penal que se hizo como tal en la era porfirista allá a principios del siglo XX, en donde fueron mandados primeramente reclusos de alta peligrosidad; sin embargo, poco a poco  fue cambiando la designación de los presos para que cumplieran su condena en esas islas frente a las costas del estado de Nayarit, incluso hasta con sus propias familias.

Y si bien en las Islas Marías hubo gente, sobre todo más en la isla María Madre que es la mayor, una de las cosas que llama la atención es a dónde van a parar los desechos humanos, así como la basura que se generó desde entonces; porque así haya fosas sépticas y plantas de tratamiento, podría llegar el momento en que estos dispositivos llegaran a colapsar generando por lo mismo determinados focos de contaminación tanto de las mismas islas como de la Mar océano, pues ¿a dónde más?

Ahora se dice que la estancia de la gente que llegue a visitar estas islas podrán permanecer ahí uno o dos días, por lo que se han construido lugares para poder pernoctar a gusto; y aunque duraran nada más unas cuantas horas, lo más probable es que las necesidades fisiológicas se hicieran presentes en algunas personas y he ahí un posible problema de contaminación ya sea a corto o largo plazo, porque tal vez se llegaran a presentar algunas fallas en la construcción de los drenajes y, en su caso, de las fosas sépticas o plantas de tratamiento para aguas negras si es que las hay.

Se han documentado varios casos de construcciones que en poco tiempo han dado de sí como recientemente se dijo del aeropuerto internacional de la Ciudad de México en su segunda fase, construcción que ahora tendrá que ser reforzada debido a la mala calidad de los materiales con que fue construida esta área de dicho aeropuerto, así como un mal diseño arquitectónico y poco estudio sobre la calidad del suelo, pues se ha dicho que el edificio ha comenzado a hundirse paulatinamente, por lo que necesita una cirugía mayor y no nada más una manita de gato y ya.

Y en varias ciudades del país, se ha detectado que las llamadas bocas de tormenta no han sido tales, como sucedió en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, cuando se descubrió que grandes avenidas que se han creado por el crecimiento de la mancha urbana de la Perla Tapatía, cuando se inauguraron se dijo en su momento que contaba con alcantarillas y con bocas de tormenta para evitar inundaciones, etcétera; sin embargo, con el tiempo se descubrió que dichas bocas de tormenta no eran tales, pues estaban conectadas al drenaje por lo que el agua que les llegaba se revolvía con las aguas negras y demás que arrastraban las corrientes yendo a parar a la barranca de Huentitán y por ende, al río Santiago, sin que sirvieran dichas bocas de tormenta para el propósito de regenerar los mantos freáticos.

Y así por el estilo, en grandes, medianas y pequeñas ciudades y poblaciones, respectivamente, edificios que se han cuarteado debido a la mala calidad de su construcción, y no nada más por algún sismo o terremoto como ha sucedido en la Ciudad de México, sino nada más por lo malo de su construcción.

Y volviendo a las Islas Marías, así como podría contaminarse su entorno y sobre todo el subsuelo, es probable que en la mayoría de los emporios turísticos que tanta fama han dado a nuestro país, tanto en el Atlántico como en el Pacífico y el Caribe, la contaminación crezca a la par de la construcción de más hoteles y asentamientos humanos de la gente que acude a esos centros turísticos para trabajar en dichos hoteles y restaurantes para el servicio de los turistas.

Así que el tiempo lo tendrá que decir si se hizo lo debido en cuanto al diseño de los drenajes, fosas sépticas y plantas de tratamiento en las Islas Marías o si próximamente se esparcirán olores nauseabundos en estas islas. A ver qué pasa.

Sea pues. Vale.