Javier Duarte de Ochoa paga por sus odiosas desmesuras

javierDIMENSIÓN POLÍTICA 346

Por EZEQUIEL PARRA ALTAMIRANO

PRI demuestra en los hechos que va contra los corruptos

Castigó ya al gobernador de Veracruz y seis colaboradores

Pero quedan pendientes los de Chihuahua y Quintana Roo

Clinton vapulea a Trump en el primero de los tres debates

TODO PARECE indicar que el PRI va en serio en eso de castigar los excesos de algunos gobernantes emanados de sus filas, pues si el lunes anterior le quitó los derechos de militantes al gobernador de Veracruz (en funciones) Javier Duarte de Ochoa y a media docena de sus colaboradores debido a la mala imagen que le ocasionan al partido con sus presuntas corruptelas, en los próximos días pueden sufrir el mismo destinos el mandatario estatal de Chihuahua, César Duarte Jáquez y el que acaba de dejar el mando en Quintana Roo, Roberto Borge Angulo.

Lo cierto es que de cada uno de ellos se dicen barbaridades, al grado incluso de que al chihuahuense le achacan la propiedad de… ¡un banco!, sí, estimado lector, un banco de esos que prestan servicios financieros y a donde usted puede acudir, abrir una cuenta y comenzar a ahorrar, pedir préstamos o, en fin, realizar cualquier trámite relacionado con activos relacionados con dinero contante y sonante.

De Roberto Borge ya ni se diga, pues aunque jamás ha trabajado en la empresa privada, y que jamás ha sido propietario de algún comercio ni ha fundado jamás negocio alguno, el angelito resultó dueño de numerosas fincas y terrenos turísticos de esos que se cotizan en miles y miles de dólares, y eso a pesar de que el señor aun no cumple ni los 40 años de edad y siempre se ha empleado en el servicio público.

Por lo anterior, la opinión pública del país está expectante y en espera de que el          PRI prosiga por ese camino enderezando el barco que en los últimos años se ha visto con la carga ladeada, pues de seguir sin corregir el rumbo de los gobiernos emanados de sus filas, nada bueno le puede esperar a la vuelta de dos años cuando los electores deberemos elegir al sucesor del presidente Enrique Peña Nieto, quien por cierto tampoco las ha traído todas consigo, al grado de haber tenido que pedir perdón recientemente, precisamente por cuestiones relacionadas con la presunta comisión de actos fuera de la ley, según lo acusan concretamente de haber recibido un monumental regalo (la llamada “casa blanca” tasada en varios millones de dólares)  de parte de uno de los empresarios que le han servido a través de las obras públicas derivadas de contratos asignados a sus constructoras desde cuando gobernaba el Estado de México, y con mayor razón ahora que se maneja desde las alturas del poder presidencial.

javier1EL DEBATE CLINTON – TRUMP,

REVELADOR DE DEFICIENCIAS

Y ya que hablamos de cuestiones de altura, en relación al primero de los tres debates que tendrán los aspirantes presidenciales de los Estados Unidos, Hillary Clinton y Donald Trump al oscurecer del lunes anterior, vimos como una experimentada Clinton puso contra las cuerdas a un desenfocado Trump, dando por resultado al final un triunfo consensuado a la también esposa del ex presidente Bill Clinton.

Y aunque no fue decisivo, el primer debate entre los candidatos presidenciales sí clarificó algunas peculiaridades y tendencias que revelan, o ratifican, la personalidad y la actitud ante momentos de gran calado que tiene cada uno de los contendientes por la Casa Blanca.

De acuerdo con lo que vimos cien millones de televidentes, –cifra récord para este tipo de programas televisados–, fue un contraste entre improvisación y preparación, entre indisciplina y foco y entre desparpajo y mesura. Los temas y las respuestas que cada candidato planteó fueron importantes, pero en la arena de la percepción pública y de la imagen como figura de poder, cruciales en la definición de la intención de voto, Clinton obtuvo mejores dividendos que Trump en el debate del pasado 26 de septiembre.

AL TÚ POR TÚ

Trump logró, al principio, marcar el paso con su crítica a los efectos nocivos de la globalización y de los acuerdos comerciales internacionales en el empleo manufacturero estadounidense y fue efectivo en mostrar que Clinton avaló en su momento muchos de esos tratados (incluso el Acuerdo Transpacífico que ahora ella rechaza).

Pero no pudo sostener el paso, perdió el control del ritmo y los temas del debate, y desaprovechó oportunidades para atacar con fuerza a la demócrata en sus temas vulnerables, por ejemplo los presuntos conflictos de interés con la Fundación Clinton, los traspiés en la comunicación sobre su reciente neumonía, el escándalo por el uso de un email privado o el ataque contra la sede diplomática estadounidense en Bengasi, Libia.

Al parecer, esas oportunidades desaprovechadas tendrían que ver con la falta de preparación y capacidad de reacción del magnate antes y durante su encuentro con Clinton y, presumiblemente, por una suerte de predilección por lo empírico, por lo que le ha funcionado previamente, en línea con su imagen de empresario de éxito. Pero lo que le fue útil en los debates durante la elección primaria republicana resultó ineficaz contra una Clinton que, sin mostrar tampoco una capacidad de respuesta desmesurada, sí logró tomar las riendas del debate, provocar en Trump reacciones atolondradas (interrupciones frecuentes, alusiones a dichos de poca monta y pleitos personales y hasta respuestas cínicas como elogiar el no pagar impuestos o no pagar a proveedores como un éxito empresarial) y mantener la compostura, incluso una actitud afable ante los ataques.

Trump incluso se traicionó cuando clamó tener mejor temperamento y más resistencia física y mental (‘stamina’, en inglés) pues con frecuencia mostró actitudes alteradas, con respuestas a veces bizantinas, con un aspecto nervioso y gesticulante y bebiendo agua constantemente. Clinton, en cambio, mostró por lo general compostura, incluso sonrió ante algunos ataques, y si bien se le ha criticado por tener una pose rígida, como de calculado maniquí, en la balanza lució, justamente, con mejor temperamento y mayor resistencia en el debate que Trump.

ALICIA MACHADO Y TRUMP

Por lo demás, entre todos los temas que trataron en el enfrentamiento –la Guerra en el Medio Oriente, Isis, impuestos, prisiones- hubo uno en especial, que Clinton aprovechó para dar la estocada final al multimillonario: el trato, o en este caso mal trato, a las mujeres.

Trump parece no tener la intención de mostrar algún tipo arrepentimiento por sus comentarios hacia el género femenino. Y Hillary no perdió la oportunidad para, otra vez, exponerlo, ahora ante esos cien millones de expectadores.

Al final del debate de 90 minutos de duración, y como para que nadie lo olvidara, Clinton recordó un nombre del pasado de Trump: Alicia Machado, una ex miss Universo venezolana que una vez fue humillada en público por el ahora candidato republicano.

Pero antes de explayarse con Machado, Clinton hizo un resumen de la manera en que su contrincante se ha referido a las mujeres a través de los años:

“Este es un hombre que ha llamado a las mujeres, cerdos y perros y alguien que ha dicho que el embarazo es un inconveniente para los empleadores, que ha dicho que las mujeres no merecen igualdad de salario a menos que hagan un trabajo tan bueno como los hombres…”

Dicho esto, Clinton mencionó el episodio ocurrido en 1997 con Alicia Machado, quien entonces tenía 19 años y había aumentado de peso. Trump, productor ejecutivo del certamen, prácticamente la obligó a adelgazar y hacer ejercicios en directo.

A ese momento fue al que se refirió la candidata en el debate de este lunes cuando recalcó: “Y una de las peores cosas que dijo fue acerca de una mujer en un concurso de belleza –él ama a los concursos de belleza, los apoya– y llamó a esta mujer ‘Miss Piggy”, entonces la llamó ‘señorita de limpieza’ porque era latina. Donald, ella tiene un nombre. Su nombre es Alicia Machado. Y ella se ha convertido en una ciudadana de los Estados Unidos y usted puede apostar que ella va a votar en noviembre”.

Por hoy es todo y mañana será otro día.

¡CONSUMATUM EST!

Escríbame: ezpa70@yahoo.com.mx

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